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Amenazas a los gritos en Interpol por el pedido contra los iraníes

La delegación argentina recibió amenazas en Francia cuando concretaba los pedidos de captura por la AMIA. El Gobierno reclamó ante el representante de ese país en Buenos Aires.

El pedido para que se agilice la captura internacional expedida contra el ex presidente iraní Alí Ajbar Rafsanjani y ocho personas más como sospechosos por el atentado a la AMIA que presentó ante Interpol la semana pasada una delegación argentina obtuvo como respuesta en ese mismo momento la amenaza de los representantes iraníes, según trascendió ayer. Como consecuencia, la Cancillería argentina convocó el viernes al representante de ese país, el encargado de negocios Mohsen Baharvand, para transmitirle su “preocupación” por el hecho al gobierno del presidente Mahmoudd Ahmadinejad y reiterar que esperaba “cooperación” para que la causa pueda avanzar con normalidad.

El fiscal del caso, Alberto Nisman, fue quien reportó a las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores las amenazas de las que habían sido objeto durante la presentación en la sede de la Policía Internacional en Lyon, Francia. Según fuentes que participaron de la audiencia, los funcionarios de la República Islámica de Irán amenazaron “a los gritos que si Argentina insistía con el pedido de captura, ellos iban a pedir la captura de los fiscales”, destinadas específicamente a Nisman y su adjunto, Marcelo Martínez Burgos. Al regreso del viaje, el fiscal explicó en la Cancillería que la actitud de los funcionarios iraníes “fue extorsiva” y que todo había sucedido delante de los miembros de Interpol que estaban presentes durante la presentación, quienes “se mostraron sorprendidos por el hecho”.

El vicecanciller, Roberto García Moritán, se reunió el viernes con Baharvand, máximo representante diplomático iraní en la Argentina, y le expresó la preocupación que había despertado en el Gobierno la situación de amedrentamiento sufrida por los fiscales. Luego insistió en “el pedido de colaboración” para que avance la causa sobre el estallido de la bomba que terminó con la vida de 85 personas en la sede de la AMIA. El iraní respondió que transmitiría a las autoridades de su país las inquietudes planteadas.

Interpol había citado a las dos delegaciones para que presentaran los argumentos y fundamentar el pedido o el descargo respectivamente. Nisman presentó elementos que consideraba lo suficientemente probatorios como para que el pedido de captura internacional fuera expedido bajo el código de “difusión roja” y así hacerlo inmediato. Los funcionarios iraníes apuntaron directamente a la investigación judicial y concentraron sus ataques en las “motivaciones políticas” del proceso y en la investigación que culminó con la destitución del juez federal que llevaba la causa originalmente, Juan José Galeano.

Cuando la causa estaba en manos de Galeano, éste había emitido la misma medida en contra de los iraníes, a lo que Interpol respondió positivamente, pero en cuanto la Justicia argentina absolvió a los sospechosos y ordenó investigar a Galeano en septiembre de 2004, desistió de la búsqueda automáticamente.

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El encargado de negocios iraní en el país, Mohsen Baharvand, fue citado por el gobierno argentino.
 
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