EL PAíS › EL CASO DE LA ASESINADA ASISTENTE DEL CARDENAL PIRONIO

Los tentáculos de la Triple A

En el marco del Juicio por la Verdad de Mar del Plata se abordará el crimen de María del Carmen Maggi. Vínculos de la CNU y la AAA.

 Por Alejandra Dandan

A mediados de los años ‘70 las paredes de la Catedral de Mar del Plata aparecieron con las pintadas “Pironio Montonero”. A pesar del tiempo, muchos lugareños todavía se acuerdan del cardenal Eduardo Pironio, de su paso por la ciudad y de que para sus perseguidores era el obispo rojo. Durante el día de hoy, su nombre y su caso volverán a oírse en Mar del Plata. El Tribunal Oral Federal a cargo de las audiencias del Juicio por la Verdad abordará el homicidio de María del Carmen “Coca” Maggi, mano derecha del cardenal y rectora de la Universidad Católica local. Detrás de su asesinato, mayo de 1975, la Justicia investiga el rol de la fascista Concentración Nacional Universitaria (CNU), los vínculos con la Triple A de José López Rega y las amenazas sobre el obispo. “No le quepa dudas –dijo a Página/12 el presidente del Tribunal Oral Roberto Falcone–. Si el Vaticano no sacaba a Pironio, lo mataban acá.”

Mar del Plata empezó en el año 2000 con las audiencias que permitieron reabrir las investigaciones judiciales sobre los grupos represivos que actuaron bajo el amparo del Estado antes o después del golpe de Estado de 1976. Un trabajo que lleva seis años.

“Nosotros no hicimos un corte en la fecha del 24 de marzo de 1976 –explica Falcone–, siempre pensamos que aquello anterior al golpe de Estado eran actos de lesa humanidad y eran imprescriptibles. Eso nos ha valido acusaciones de parte de jueces federales, provinciales y denuncias en el Consejo de la Magistratura direccionados a que no avancemos en la investigación de los civiles que pudieran haber tenido que ver con el terrorismo de Estado.”

La audiencia de hoy es una continuidad de ese trabajo que hasta ahora permitió ir definiendo la estructura, dimensiones y alcance de la CNU, esa organización de la ultraderecha universitaria asociada a la Triple A antes del golpe de 1976 y vinculada a las Fuerzas Armadas luego del 24 de marzo. Eduardo Luis Duhalde explicó el rol de la CNU durante su declaración testimonial en el despacho del juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la investigación de la Triple A reimpulsada en Buenos Aires. En ese escenario, el secretario de Derechos Humanos de la Nación mencionó a la CNU como “la organización juvenil” en la que se “apoyó” la estructura de la Triple A de la provincia de Buenos Aires, especialmente fuerte en la ciudad de Mar del Plata y de La Plata.

Los jueces de Mar del Plata se pronuncian en esa línea. Entienden a la CNU como un embrión de la Triple A. Pero así como sucede con la organización nacional y sus aspectos todavía oscuros, los grupúsculos locales todavía no están completamente investigados. En ese contexto, analizan por ejemplo, como una clave, el asesinato del jefe de la CNU Mar del Plata, Ernesto Piantoni, el 20 de marzo de 1975. El crimen desembocó en un reguero de homicidios, entre marzo de 1975 hasta febrero de 1976, muchos planeados en Mar del Plata pero ejecutados por hombres que viajaban de la Capital. Entre ellos, podría haber estado el propio Rodolfo Almirón, detenido en España.

En la audiencia de hoy el Tribunal trabajará dos casos. Uno es Eduardo Adolfo Soares, militante asesinado el 27 de mayo de 1975 por un grupo de fuerzas policiales y civiles. El otro es el de Coca Maggi.

Los organismos de derechos humanos que impulsan el juicio están convencidos de que el caso de ella es paradigmático. No sólo era la mano derecha de Pironio sino rectora de la Universidad Católica local, un espacio apetecido por los ultras de la CNU que ya habían ganado el espacio de las universidades nacionales. “Ellos querían incorporar también a la Católica –explica en este caso una fuente de la causa–, pero la universidad era provincial, no era nacional y dependía de Pironio, que se oponía a la nacionalización.” Según los organismos, un comando de 16 personas que se movía en tres automóviles se la llevó de su casa en el barrio de Pompeya de Mar del Plata, el 9 de mayo de 1975. Su cuerpo apareció recién el 23 de marzo de 1976, un día antes del golpe. De sus restos, sólo apareció la espalda en un campo de Mar Chiquita, enterrada y localizada por un lugareño. Para los jueces, su muerte parece un acto de presión.

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El cardenal Pironio había sido condenado por la Triple A.
 
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