Viernes, 25 de mayo de 2007 | Hoy
Para celebrar los cuatro años de mandato, el Presidente llegará a Mendoza, donde participará del Tedéum por el 25 de Mayo. El gobernador Cobos está expectante de integrar la fórmula en octubre.
Por Martín Piqué
Desde Mendoza
Néstor Kirchner y su esposa aterrizarán hoy en esta tierra de vinos y montañas para encabezar los actos por el 25 de Mayo y, al mismo tiempo, festejar los cuatro años de su asunción presidencial. Mucho se especuló sobre las razones por las que se eligió esta provincia para encabezar el Tedéum, la visita al Cerro de la Gloria y el posterior acto en el Teatro Griego, un bellísimo anfiteatro al aire libre donde se suelen hacer las Fiestas de la Vendimia. ¿Será la señal que faltaba para confirmar que la candidatura a vicepresidente quedará en manos del gobernador Julio Cobos? La respuesta parece obvia. Esa será la lectura generalizada que despertará la imagen del Presidente flanqueado por la senadora Cristina Fernández de Kirchner y el anfitrión Cobos. Acaso una postal perfecta de la fórmula presidencial. Sin embargo, como al Gobierno no le gusta que le marquen los tiempos, ayer intentó desalentar esas interpretaciones. “Hace dos años hicimos lo mismo en Santiago del Estero con Gerardo Zamora”, aseguró a Página/12 el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, aunque sin demasiado énfasis. Aunque casi toda la dirigencia da por hecho el acuerdo con Cobos, la Rosada insiste en jugar al misterio.
La visita del matrimonio presidencial a tierras cuyanas estuvo precedida por una serie de rumores, más algunas revelaciones periodísticas que generaron bastante inquietud en el entorno de Cobos. Acostumbrados a que la belleza del paisaje influya sobre la manera de vivir, los mendocinos se espantaron con el brutal asesinato de una madre delante de su pequeño hijo. El crimen desencadenó un movimiento que reclama seguridad. En las marchas se comenzó a criticar duro al gobernador. Cobos reaccionó solicitando a un diputado nacional muy cercano, Alfredo Cornejo, que reasumiera en la cartera de Seguridad (antes de ser electo había sido ministro del área). Cornejo ideó un plan antidelito y convocó como asesores a las agencias de seguridad privada de la provincia. Sin embargo, el proyecto entró en el freezer luego de que Página/12 revelara que entre ellas figuraban ex represores y policías exonerados por gatillo fácil.
Los contratiempos con el plan antidelito, del que el Ejecutivo salió a despegarse a través del ministro de Justicia, Alberto Iribarne, habían generado cierto suspenso en torno de los actos de hoy. Se llegó a poner en duda la presencia de Kirchner. Pero el nerviosismo se terminó hace una semana, cuando la Rosada comenzó a poner en marcha el dispositivo para la visita presidencial. Tras aterrizar en la Cuarta Brigada Aérea, Kirchner y su esposa participarán del Tedéum en la Basílica San Francisco junto a gobernadores, militares y embajadores extranjeros. Como en 2005, cuando la ceremonia se realizó en Santiago del Estero, el arzobispo de Buenos Aires y primado del país, Jorge Bergoglio, no estará detrás del púlpito. Tras el oficio religioso, Kirchner y su esposa se trasladarán hasta el Cerro de la Gloria, a diez kilómetros de la ciudad. En dicho cerro se encuentra el monumento al Ejército de los Andes: el Presidente homenajeará allí a San Martín y a los soldados que cruzaron la Cordillera.
Pasado el mediodía llegará el plato fuerte de la jornada. Al menos por los recursos que el Gobierno volcó en su organización. Después de unas palabras iniciales de Cobos, Kirchner encabezará un acto que se supone multitudinario en un anfiteatro a cielo abierto, rodeado por cerros y con nombre extraño (se llama Teatro Griego “Frank Romero Day”). Con la presencia del propio Parrilli, el Gobierno supervisó los últimos detalles. Por lo que pudo ver Página/12, la escenografía mantendrá el estilo de los actos masivos del oficialismo. Un enorme cartel de fondo celeste con el slogan “La patria somos todos” y una pantalla gigante a cada lado del palco. Anoche, las laderas del cerro ya estaban cubiertas por banderas que mostraban toda la heterogeneidad del kirchnerismo: CGT-62 Organizaciones, Quindimil conducción, Cacho Alvarez-Avellaneda, se mezclaban con el rojo y blanco de la UCR de Río Negro y las enseñas del Movimiento Evita, CNP 25 y Barrios de Pie.
Los colaboradores de Cobos estaban eufóricos con la inminente llegada de Kirchner. “Yo no recuerdo que otro presidente le haya dado la importancia que le ha dado Kirchner a esta fecha en Mendoza. Para nosotros es una satisfacción y habla a las claras de que el Presidente también está mirando al interior”, aseguró el vicegobernador, Juan Carlos Jalif. La visita del Presidente se festejaba por anticipado y con el mismo fervor con que taxistas y comerciantes mendocinos celebran la llegada de inversionistas franceses que vienen a comprar bodegas y fincas que producen Malbec. Con la evidente intención de mostrar sintonía con la Rosada, el propio Cobos le agregó la última frutilla al postre. A pesar de su imagen de moderado, ayer criticó el informe del gobierno de los Estados Unidos que advertía sobre los riesgos de la inseguridad en la Argentina. “Este informe no responde a la realidad, ya que Mendoza es uno de los destinos más elegidos por el turismo extranjero”, dijo.
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