EL PAíS › ¿ES MEJOR SER CANDIDATA O SER CANDIDATO?

Cosa de mujeres

Una encuesta exclusiva de Analogías para Página/12 indica que un 55 por ciento votaría, en paridad de ideas, a una mujer antes que a un hombre. Una abrumadora mayoría acepta la idea de una presidenta y considera que sería un cambio positivo para el país.

 Por Raúl Kollmann

Más de la mitad de los ciudadanos optaría por votar a una mujer antes que a un hombre, suponiendo que los dos piensen políticamente igual y tengan idénticos apoyos. Ante las candidaturas presidenciales de Cristina Fernández de Kirchner y Elisa Carrió no hay una respuesta categórica sobre si, hoy en día, es una ventaja o un obstáculo ser mujer y candidata, pero los datos muestra una cada vez mayor predisposición a los liderazgos femeninos. Página/12, a través de la consultora Analogías, decidió sondear la visión que tienen los ciudadanos ante las candidatas y, sobre todo, frente a la eventualidad de que lleguen a gobernar. Un 60 por ciento cree que en la sociedad hay discriminación de la mujer, pero una proporción aún mayor, casi el 80 por ciento, afirma que es una renovación, un hecho positivo, la creciente intervención de la mujer en la política.

Las conclusiones surgen de un estudio realizado para este diario por Analogías, la empresa que conduce Analía Del Franco. En total, fueron entrevistadas 400 personas a lo largo de la semana pasada, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. La encuesta se hizo en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

“Hace diez o más años los reparos a las candidaturas de mujeres eran muy grandes”, señala Del Franco. “Es seguro que para el 60 o 70 por ciento constituía un obstáculo ser mujer para ganar una elección. Hoy, la gente nos ha contestado que se trata de una renovación. Creo que tiene que ver con una evolución general dentro de la sociedad. La proporción de mujeres que son jefas de hogar es altísima, la participación de mujeres en todas las áreas de la vida pública, el rol que juegan en la mayoría de los trabajos hace que las candidaturas presidenciales de Cristina Kirchner y Carrió ya no sean algo descolgado. Era inevitable que esto llegara a la política. Además, tenemos una presidente mujer en Chile, una primera ministra en Alemania y una mujer que casi gana las elecciones francesas. En nuestro país mismo, Fabiana Ríos acaba de quedarse con la gobernación de Tierra del Fuego. No se trata de un puesto legislativo sino ejecutivo. Alguien podrá argumentar que las dos fuerzas que presuntamente eran mayoritarias actuaron muy mal en Tierra del Fuego y eso le permitió el triunfo a Ríos. Es así. Pero si hubiera una gran objeción a la capacidad de la mujer de gobernar, no se habrían inclinado por ella.”

–Jaime Durán Barba, consultor de Macri, dice que es una ventaja ser mujer porque las mujeres las votan y también parte de los hombres. ¿Qué opina?

–La encuesta que hicimos para Página/12 y nuestros anteriores trabajos muestran que es cierto que las mujeres son las que más sostienen, aceptan y apoyan a las candidatas mujeres. En el voto de una candidata siempre hay un fuertísimo componente de voto femenino. Pero hoy en día agregaría que también los jóvenes tienen respuestas muy afirmativas hacia las candidatas. También tiene que ver con algo que está en la sociedad. Esos jóvenes ven a sus novias, a sus madres, con papeles muy activos. Eso es una diferencia muy marcada con lo que pasaba hace unas décadas, cuando un gran porcentaje de las mujeres estaba en su casa.

–¿Hay más elementos que favorezcan el voto a una mujer?

–En este momento, y a nivel internacional, yo diría que la sociedad lo ve como un cambio, algo no habitual. En nuestra encuesta lo llaman renovación. Tiene que ver con la crisis de los políticos y de los partidos políticos. O sea que una candidata aparece como una alternativa nueva. Esto no quiere decir que no haya mujeres embarcadas en la vieja política. Porque, efectivamente, existe el peligro de que creamos en el mesianismo, en la infalibilidad, que una candidata mujer sea mejor por ser mujer. Lo único que podemos decir es que ya no se la ve tan débil, que constituye una renovación y nada más. Por otra parte, el machismo no desapareció. En la encuesta se ve: una mayoría piensa que las decisiones que tome una presidente van a ser más observadas que si las tomara un hombre. En otras palabras, que va a tener que responder más.

–Hay quien dice que en los sectores mayoritarios, en los de menos recursos económicos, la elección de una mujer es más difícil.

–En los sectores más pobres hay confianza en las candidatas. Tal vez haya elementos de fuerte machismo dentro del hogar, son más discriminatorios con su esposa o su hija, pero no con la mujer que está en el poder o cerca del poder. A esto hay que agregar que en las franjas humildes la cantidad de mujeres trabajadoras es inmensa. Y ahí sí el apoyo a una candidata mujer es muy fuerte. La ven con más sentido común, más contenedora. El sector que tiene más reparos está en las clases más educadas. Son muy modernos, pero muy desconfiados. Piensan que, tal vez, una mujer no va a poder. Es como un ejercicio intelectual en el que se ponen en la cabeza de otros y piensan “la van a discriminar”. O sea que son bastante escépticos.

Planteada la pregunta en forma directa a los encuestados, no hay definiciones claras. Un 36 por ciento cree que para una candidatura es un obstáculo ser mujer, un 33 por ciento cree que es una ventaja y un 30 por ciento no se inclina por una variante ni por la otra. Pero tal vez las claves de la corriente a favor de las candidatas-mujeres se puedan percibir en preguntas menos directas. Puesto ante la alternativa de elegir entre un hombre y una mujer que tienen las mismas posiciones políticas y los mismos apoyos, un 55 por ciento dice que votaría por la mujer, mientras que un 28 se inclinaría por un hombre. Y también se percibe la misma tendencia cuando se pregunta por la debilidad de las mujeres. Una amplia mayoría (89 por ciento) dice que no es una condición propia de la mujer sino que tiene que ver con la personalidad de cada una. Para redondear, un 43 por ciento cree que una mujer genera más confianza que un hombre, mientras que la mitad de ese porcentaje, un 25 por ciento, cree que los hombres generan más confianza que las mujeres.

Tal vez la cuestión mujer-hombre planee sobre la campaña presidencial, pero es casi seguro que la decisión de voto a Cristina Kirchner o a Elisa Carrió va a pasar por las políticas que representen, la continuidad de un modelo, la crítica a la gestión, la capacidad que evidencien. La idea de una presidente mujer parece aceptada. Al menos en las encuestas.

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Cristina Fernández y Elisa Carrió son las primeras presidenciables de la historia argentina.
Imagen: DyN & Ana D´Angelo
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