Viernes, 3 de agosto de 2007 | Hoy
Guerra de afiches, pedradas contra edificios oficiales y pintadas contra el actual intendente, Alfonso Vergés, opositor a los Rodríguez Saá, fueron parte de una dura campaña que se dirimirá este domingo. Ambos aseguran que las encuestas los favorecen.
La disputa por el Poder Ejecutivo de la provincia de San Luis, gobernada alternadamente por los hermanos Rodríguez Saá, y la intendencia de su capital tiene un nuevo capítulo en las elecciones municipales que se realizarán este domingo. En medio de una campaña que involucró una guerra de afiches, piedrazos en edificios oficiales y pintadas contra el actual intendente kirchnerista, Alfonso Vergés, se le pidió colaboración al ministro del Interior, Aníbal Fernández, para que garantizara que los comicios se desarrollaran “con la mayor transparencia posible”. La diputada nacional y candidata a intendente por el Frente Partido Justicialista, Alicia Lemme, negó tener responsabilidad sobre los hechos que denunció como una “operación montada”.
“Están desesperados por embarrar la cancha”, asegura el intendente Vergés, y cuenta que el ministro de Seguridad provincial, Angel Ruiz, no permitió la intervención de la Gendarmería Nacional enviada por el Ministerio del Interior para custodiar las elecciones. El pedido fue realizado por el municipio porque “la policía no les da garantías a todos por igual”, explica el jefe de Gobierno, Juan Carlos Velasco. Según el propio intendente, el devenir de la campaña “abre una duda” sobre la posibilidad de fraude. Por este motivo se convocó a una “Observación Cívica”, integrada por organizaciones no gubernamentales, que enviará 15 veedores a la capital puntana. Además, se llevaron adelante conversaciones con el director nacional electoral, Alejandro Tulio, que viajará al distrito provincial para garantizar que no haya irregularidades.
Lemme, que fue gobernadora de la provincia durante la fugaz presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, recordó que nunca tuvo “una actitud de violencia hacia nadie, incluso en momentos muy duros en los que me tocó actuar”. Sin embargo, Vergés no ahorra críticas para el Ejecutivo provincial: “Es un coto de caza, un régimen que manejan como una estancia, un feudo”.
Los números de las distintas encuestas electorales sobre la capital puntana dan resultados totalmente opuestos según quién las dé a conocer, pero coinciden en que hay una polarización entre el kirchnerismo y el oficialismo provincial de la diputada Lemme. Desde el sector que apoya el gobernador Alberto Rodríguez Saá calculan desde 7 hasta 15 puntos de diferencia. Vergés, en cambio, habla de 20 puntos a su favor. “O son ellos o somos nosotros”, resume.
El análisis que hacen cerca del municipio es que una derrota en la ciudad podría llevar a que “la estructura provincial de los Rodríguez Saá colapsara en un futuro inmediato”. Y aseguran que la explicación de que “el Adolfo” sólo se haya presentado en una oportunidad junto a su candidata es que “no quiere quedar vinculado ante un eventual fracaso”. Pero tampoco el ex intendente y actual senador Daniel Pérsico no demostró explícitamente su apoyo a la reelección del intendente.
Los orígenes de las sospechas de fraude y el miedo a irregularidades en las elecciones hay que buscarlos en la “doble intendencia” que se vivió por más de un año en 2003 cuando, por una disputa entre el Poder Ejecutivo provincial y el Concejo Deliberante puntano, se realizaron dos actos electorales. En el convocado por el Poder Legislativo municipal ganó Daniel Pérsico y en el segundo María Angélica Torrentegui. Luego de varias instancias judiciales para dirimir el conflicto, el caso llegó a la Corte Suprema de la Nación, que falló a favor de la autonomía municipal, plantando a la oposición en el seno de la provincia.
Informe: Sebastián Abrevaya.
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