Lunes, 6 de agosto de 2007 | Hoy
En esta entrevista, el intendente y postulante a gobernador de Córdoba, Luis Juez, critica al actual mandatario provincial y a su candidato, Juan Schiaretti, por el endeudamiento y el manejo de la Justicia. También apunta contra el Gobierno.
Por Eduardo Tagliaferro
Página/12 encuentra a Luis Juez en un día muy particular. El humor chispeante que entrega en la mayoría de sus entrevistas está ausente. Una cámara oculta difundida en un canal de cable de Córdoba lo mostró dando opiniones controvertidas sobre el nuevo jefe de la policía provincial. Enojado, critica la edición de la nota, la vincula con una campaña sucia y responsabiliza al gobernador José Manuel de la Sota. Critica al gobernador por el endeudamiento de la provincia, por la pérdida del perfil metalmecánico y por el manejo de la Justicia. “De la Sota hizo con la Justicia lo que no hizo el menemismo. El menemismo no pudo doblegar a la Justicia. De la Sota, como es un monarca, mitad mono y mitad garca, sabe que puede tener problemas con la Justicia.” Juez tampoco oculta su enojo con el gobierno nacional. “No se puede construir la Concertación Plural con De la Sota o con Ricardo Jaime. Si Jaime es el hombre del Presidente en Córdoba, el Presidente está complicado. Jaimito se convirtió en el Jaimito del cuento, está cada vez más verde”, dice.
–¿Por qué denuncia una campaña sucia en su contra?
–Porque estamos creciendo a un ritmo sostenido en las encuestas. Nadie se pelea con los muertos. A medida que avanza la campaña, queda al descubierto la corruptela que encierra la propuesta de Schiaretti. La campaña sucia va asociada a una serie de prebendas, reparto de bolsones, subsidios, planes sociales, colchones. El nivel de corrupción de esta campaña es sólo comparable con el que tuvo la tercera elección de Eduardo Angeloz, que fue terrible. Se han comprometido para que Luis Juez no sea gobernador.
–¿Quiénes se juramentaron?
–Hay un pacto entre De la Sota y Mario Negri, en verdad Angeloz, ya que Angeloz se ha convertido en el vocero del radicalismo.
–¿Angeloz está con Negri?
–Lo peor del radicalismo está con Negri, Angeloz, Nicolás Becerra, etcétera. Angeloz salió a pedir la expulsión de los radicales que nos acompañan.
–La semana pasada lo denunciaron por enriquecimiento ilícito. ¿Eso también es parte de la campaña sucia?
–Me denuncia el ex presidente del Tribunal de Cuentas. Un hombre al que expulsamos el año pasado al descubrirle un hecho de corrupción que puso en peligro un plebiscito con el que nosotros pensábamos poner fin al contrato del agua con el grupo Roggio. El tipo tenía en la casa de la hermana una urna donde juntaba votos de manera anticipada para mostrar luego la falta de transparencia en el acto. No se podía tolerar. Suspendí el plebiscito, pero terminé echando al presidente del Tribunal de Cuentas. Si hubiera encontrado algún hecho concreto de corrupción, lo hubiera denunciado. Ahora dice que tengo una pileta que vale 20 mil pesos en el fondo de mi casa. No dice si, como presidente del Tribunal de Cuentas, observó algún hecho de corrupción de mi gobierno. Fue una clara operación de alguien que trabaja para De la Sota.
–¿Cómo reaccionan los cordobeses frente a lo que usted califica como campaña sucia?
–No lo sé. No estoy acostumbrado a esto. Tengo 43 años y no soy un tipo sucio. Si me agraviás, puedo reaccionar con una denuncia. Si me insultás, nos podemos cagar a trompadas. Si me operás y lo hacés de la peor manera posible, no sé como reaccionar.
–¿Cómo funciona la Justicia en Córdoba?
–La Justicia cordobesa funciona como el caso Dalmasso. El abogado de la familia Macarrón, Marcelo Brito, fue fiscal general de De la Sota, el mismo que armó una servilleta para nombrar a todos los fiscales. Pergeñó un mecanismo de corruptela para que las denuncias entren por un embudo y puedan ser controladas por un solo fiscal. Ese hombre hoy sale a denunciar la politización de la Justicia. De la Sota logró lo que no pudo el menemismo. Como Carlos Menem se consideraba un emperador, les prestaba poca atención a las cosas mundanas y la Justicia resistió. De la Sota, como es un monarca, mitad mono y mitad garca, sabe que puede tener problemas con la Justicia.
–¿Fracasó el proyecto de la transversalidad y la Concertación Plural?
–La Concertación Plural no la podés hacer con tipos como De la Sota o con lo peor de la política. La Concertación no se puede construir con Ricardo Jaime. Está claro que si Jaime va a ser el hombre del Presidente en Córdoba, el Presidente está complicado. Yo sigo con las mismas convicciones con las que abracé al Presidente el primer día. Pero me parece que hay un sector que quiere que la política en Córdoba sea lo más parecido a la del ’90.
–¿Diría que el kirchnerismo es una restauración de los ’90?
–Permitir que Schiaretti sea gobernador es un retroceso. Schiaretti fue mano derecha del gobernador más corrupto de Córdoba, secretario de Industria del mayor proceso de desindustrialización del país, secretario de Empleo en el mayor momento del desempleo. Es un acto de torpeza del Gobierno nacional facilitarle el camino a Schiaretti.
–¿Por qué se lo facilitan entonces?
–Porque hay un giro hacia la derecha peronista ortodoxa. Un giro hacia un pragmatismo absoluto. Intentan obtener resultados electorales favorables para mostrar. En este contexto, el discurso no existe. ¿Cómo hace Cristina Kirchner para hablar de mayor distribución de la riqueza, de mayor pluralidad, de respeto a las instituciones, inaugurando un shopping junto a De la Sota?
–No se le escapa que el Gobierno evitará una derrota en Córdoba.
–Esa es la peor de las derrotas. Fui a misa con el diablo para no quedar solo, podrán decir. Pero mirá con quién fuiste. La relación con el Gobierno nacional está intermediada por Julio De Vido y por Jaime, que decidieron sostenerlo a De la Sota. El resto de los funcionarios nacionales están paralizados. En un momento me decían: “Quedate tranquilo, son cosas de Jaimito”. Pero al final Jaimito se convirtió en el Jaimito del cuento, cada vez está más verde.
–¿Le parece que el Presidente puede desconocer lo que pasa debajo suyo?
–No sé si el Presidente desconoce esto o no. Pero sí sé que Jaime necesita fueros.
–¿Se equivocó con Héctor “Pichi” Campana?
–El se equivocó. Campana todavía cree que puede pasar de Atenas a GEPU y cambiar de camiseta. No se puede pasar del equipo de la honestidad al equipo de la corrupción. No hay vuelta. Campana les es funcional a funcionarios como De Vido porque pueden presentarlo como lo nuevo en la política, pero tiene todos los vicios de lo viejo. En tres años y medio, Campana aprendió lo peor de la política.
–¿Qué es la nueva política?
–No hay nueva política. Hay buena o mala política. ¿Qué tiene de nuevo hablar de decencia, de honestidad, de ética? Lo decía Arturo Illia, que ingresó pobre a la Presidencia y se fue más pobre. ¿Qué tiene de nuevo hablar del ascenso de las clases sociales? Nada. La justicia social de Eva Perón no es el reparto de módulos alimentarios o de planes sociales. Hace tres años, lo peor era Eduardo Duhalde. Los que antes eran duhaldistas entregaron bandera, pabellón y hoy son kirchneristas. No es Luis Juez el que está en crisis sino los que hace tres años pensaron que había que apostar a una nueva construcción y bajaron los brazos.
–¿Por cuál candidato a Presidente piensa votar?
–El almanaque dice que el 2 de septiembre está antes que el 28 de octubre. Quiero ver el nivel de coherencia en las elecciones de Córdoba. La coherencia es para siempre. Acá no hay cheques en blanco. Si me piden coherencia, yo pido lo mismo. Si me piden lealtad, yo también la pido. Yo le dije al Gobierno nacional: “Dejen que los problemas de los cordobeses los resolvamos los cordobeses”. No están cumpliendo. Conmigo acordaron que serían prescindentes y no lo son. Sigo creyendo en el presidente Kirchner, pero muchos de sus funcionarios quieren tirarme al medio de la calle para que me pise un camión. No estoy dispuesto a cambiar mis convicciones para ser amigo del Presidente.
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