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La interna entre el menemismo y el duhaldismo surgió con vehemencia ayer en el bloque de diputados justicialistas durante la reunión que mantuvieron con el ministro de Justicia, Juan José Alvarez. El funcionario intentó mantenerse equidistante de las posiciones encontradas que incluyeron acusaciones por la responsabilidad del incremento de la violencia urbana.
El menemismo, representado por Alejandra Oviedo y Oscar González, más un inesperado aliado, el mendocino Arturo Lafalla, fueron los más duros con respecto a la responsabilidad del PJ bonaerense en la agudización de la violencia en la provincia que conduce Felipe Solá. Estos coincidieron con los dichos del viceministro de Seguridad bonaerense, Marcelo Saín, quien había señalado como responsable del incremento de los delitos a la interna del justicialismo de la provincia de Buenos Aires. Además, buscaron hacer una diferencia respecto de la situación que se vive en otras provincias. “En nuestros distritos no hay esa ola de violencia. No se puede generalizar en todo el país”, coincidieron los tres.
Esta embestida menemista provocó la ira de los legisladores bonaerenses que no dejaron pasar la oportunidad para retrucar. El más duro fue Lorenzo Pepe, quien rechazó las consideraciones de sus colegas menemistas y las consideró como un “insulto”. Irónico, el diputado dijo que “atribuir la delincuencia a los problemas partidarios de nuestra provincia sería como si se vinculara, por ejemplo, el financiamiento de la política del justicialismo de las provincias del noroeste con el narcotráfico. Lo mismo se podría decir de la Mesopotamia, que podría estar financiada por los contrabandistas”.
La frase de Pepe fue una dura estocada para el resto de los legisladores que reaccionaron a viva voz. Sin embargo, allí no terminó la embestida bonaerense. A su turno, la diputada María del Carmen Falbo, considerada como una de las más equilibradas del bloque, relacionó el incremento de la delincuencia en el conurbano bonaerense a la “inmigración interna desde las otras provincias” que provocó el gobierno de Carlos Menem.
Tal vez el más cauto de todos fue el santafesino Jorge Obeid, quien prefirió criticar la ausencia de política de seguridad en el gobierno central y recordó que en muchas provincias las cárceles están colmadas con detenidos que pertenecen a la justicia federal. Alvarez, en un esfuerzo por no entrar en la pelea de los sectores internos, se limitó a responder al reutemista y dijo que las licitaciones interrumpidas para la construcción de nuevas cárceles se habían vuelto a activar. Sobre las declaraciones de Saín, el ministro consideró que eran inexactas y, sobre todo, “irresponsables”.
Más allá de las diferencias entre los menemistas y los duhaldistas, en lo único que coincidieron ambos sectores es en la ausencia de una defensa de la política implementada por el ministro bonaerense Juan Pablo Cafiero.