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Con Duhalde haciendo punta, todo el Gobierno mostró los dientes

“No sé por qué no empiezan renunciando los que plantean eso, hay que dar el ejemplo”, sostuvo ayer el presidente Eduardo Duhalde, y detrás de su desafío todo el peronismo salió a pegarles a los diputados Elisa Carrió y Luis Zamora por su decisión de suspender sus campañas electorales en rechazo a la convocatoria electoral realizada por el Gobierno. Pero luego la Rosada demostró que el reclamo de Carrió y Zamora pidiendo que en marzo se votara todo le molestó. El Ministerio del Interior realizó una compleja operación matemática para demostrar que, sumadas las elecciones en el interior, durante el año que viene se van a renovar el 81,3 por ciento de los cargos electivos. “No creo en esto de que se vayan todos, porque siempre lo vi como una actitud ventajera de quienes no tienen participación”, opinó el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, luego de difundir los datos.
El peronismo se viene sacando los ojos por las diferencias que existen entre cada precandidato en torno de la convocatoria a internas, pero alcanzó que Carrió, Zamora y el sindicalista Víctor De Gennaro hicieran una presentación conjunta por la caducidad de los mandatos para que todo el PJ se uniera en una sola y belicosa voz. La primera piedra la tiró el Presidente, así que los demás funcionarios ni necesitaron consultar qué tenían que hacer. Y después también candidatos y diputados de todas las líneas se sumaron al coro.
En su habitual conferencia de prensa matinal, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, ironizó sobre el reclamo opositor. Dijo que deberían llevar sus planteos a su ámbito de trabajo que era el Congreso y “no ante las cámaras de televisión”. El ministro del Interior, Jorge Matzkin, opinó que como Carrió viene en declive en las encuestas tiene que aparecer con algún hecho nuevo para ver si repunta. “Un día con la abstención revolucionaria, otro día con campañas furibundas recorriendo varias ciudades en un día, y tal vez lo de ahora no hay que tomarlo demasiado en serio porque mañana puede salir con una propuesta diferente”, agregó.
Como respuesta más institucional, el ministerio de Matzkin elaboró ayer un particular cálculo sobre la votación de marzo. Evaluaron que se van a renovar 1892 cargos ejecutivos y que 1830 se irán en forma inmediata, y que de los 10.095 cargos legislativos se votarán 7914 a lo largo del año que viene. Es decir, según sus cuentas, la totalidad de los cargos electivos nacionales, provinciales y municipales son 11.992 y durante el 2003 se van a renovar 9744, lo que significa más del 80 por ciento. Para el cálculo, tienen en cuenta que distritos como Córdoba, Chubut, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, San Juan, Santa Cruz y Tucumán elegirán el 95 por ciento de sus cargos.
Sin embargo, si lo que piden Carrió y Zamora es apenas un 19 por ciento más de lo que se votará en marzo, hay que suponer que el justicialismo reaccionó en forma exagerada. Uno de los precandidatos presidenciales del PJ, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, aseguró que la propuesta de renovación total “es un salto al vacío y más un problema que una solución”. Uno de sus operadores, el diputado salteño Juan Manuel Urtubey, sostuvo que Carrió “ha entrado en pánico por la incapacidad de su agrupación para formular propuestas, así que busca un camino paralelo para bajarse de su candidatura”.
El diputado cordobés Carlos Alessandri, cercano a José Manuel de la Sota, también se la agarró con Carrió y aseguró que “busca efectos mediáticos para permanecer en el candelero”. Igual que Duhalde pidió que “los que plantean que se vayan todos deben predicar con el ejemplo”. Más o menos lo mismo sostuvo el bonaerense Lorenzo Pepe, un duhaldista pura cepa. Dijo que lo de Carrió y Zamora “no es un pedido auténtico” y que si su reclamo “no está viciado de proselitismo político sería bueno que renuncien a sus bancas”.
También se sumó a la ola de reacciones la diputada santafesina María del Carmen Alarcón, alineada con Carlos Reutemann, que le pidió a Carrió “que se vaya de una vez por todas y deje de amenazar con renuncias que nunca secumplen”. Por otra parte, el riojano Ricardo Quinquela afirmó que “Carrió, Zamora y De Gennaro proponen enfermar a todos los argentinos, porque mientras dicen una cosa frente a los micrófonos un amigo de la diputada y miembro del ARI, Alfredo Bravo, se pelea a brazo partido con Gustavo Beliz por una banca en el Senado”.

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