El presidente Néstor Kirchner y la presidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, llegarán hoy a la tarde a Santiago de Chile para participar de una Cumbre Iberoamericana que, como sucedió en la edición anterior en Montevideo y como viene ocurriendo en todos los últimos encuentros continentales, estará cruzada por el conflicto por las papeleras. En el típico tire y afloje previo, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, eligió ayer el papel de duro. Antes de subir al avión que lo trasladó a Chile, Tabaré aclaró que viajaba “con pocas expectativas” de dialogar con Kirchner y, esta vez en sintonía con la posición argentina, que “la solución final” la tendrá el fallo de la Corte de La Haya. Sin embargo, aclaró que en su agenda todavía “hay momentos libres”.

La comitiva argentina será de las últimas en aterrizar hoy en Santiago. A poco de llegar, alrededor de las 19, Cristina Fernández mantendrá una reunión bilateral –la primera como electa– con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Luego, los Kirchner participarán de la habitual cena que reúne a los presidentes que participarán de la cumbre, que serán todos los de América latina, España y Portugal, a excepción de los de México, Cuba, República Dominicana y Panamá.

La cena será la primera oportunidad que compartan un ámbito Kirchner y Tabaré Vázquez, y ahí lo que suceda dependerá de la química de los presidentes. Justamente en Chile, en marzo del año pasado, cuando coincidieron para la asunción de Bachelet, fue cuando Kirchner y Tabaré pactaron una tregua de 90 días en el conflicto para intentar arreglar las cosas. Pero Botnia nunca aceptó detener las obras, y Kirchner y Tabaré jamás volvieron a reunirse. En principio, la cumbre que arranca hoy no parece modificar el panorama.

En Chile, funcionarios de la Cancillería argentina y de la uruguaya mantuvieron ayer encuentros –se supone que por separado– con el facilitador Juan Antonio Yáñez Barnuevo, el enviado del rey que viene quemando los últimos cartuchos en pos de un acuerdo. La directora de Asuntos Legales, Susana Ruiz Cerrutti, y el jefe de gabinete de la Cancillería, Alberto D’Alotto, reiteraron la posición argentina en el conflicto, en una reunión bastante hermética que no habría arrojado ningún avance. El canciller Jorge Taiana y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hoy tomarán la posta de las conversaciones.

Desde la llegada al gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero, los encuentros iberoamericanas tomaron nuevos bríos. El presidente socialista tiene interés en presentarse ante el mundo como un líder europeo que conserva su ascendiente en la región pero, como en casi toda cumbre, le resultaba difícil mostrar mejorías concretas para los países participantes. Por eso, cuando en la cumbre del año pasado Kirchner acudió al rey Juan Carlos para que intervenga en el problema con Uruguay, el gobierno español enseguida se mostró interesado.

Tal vez entonces no midieron al nivel que había escalado el conflicto. Los españoles imaginaban que el rey podría reunir en Chile a Kirchner y Tabaré. Pero todo indicaría que a lo sumo puede haber una foto, pero en la Casa Rosada niegan cualquier chance a un acuerdo porque están convencidos de que atentaría contra las posibilidades argentinas en La Haya.

Luego de que sus ministros mantuvieran en alto los últimos días la idea de un arreglo, Tabaré ayer remontó el carretel. “La solución final la tendremos que encontrar en lo que determine el tribunal de La Haya”, dijo, casi parafraseando lo que podría decir cualquier habitante de la Casa Rosada. Y agregó: “No habrá firma de ningún documento de acuerdo con la Argentina si no se levantan los cortes de los puentes en su totalidad”.

Justamente, otro punto a tener en cuenta en estos días es lo que suceda en Gualeguaychú. Una delegación de asambleístas viajará a Chile para entregar un documento a los presidentes (ver recuadro). Mientras, los que quedan en Entre Ríos prometieron manifestaciones por tierra, aire y agua contra la inminente puesta en marcha de Botnia.

Ante este anuncio, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, advirtió: “La Prefectura tiene instrucciones precisas de que no hay ningún tipo de acción que sea permitida fuera de los derechos de navegar libremente los ríos, creo que todas las marcas de la tolerancia están insinuadas y más que insinuadas”.