Los radicales K decidieron imitar a esas parejas modernas que para preservar el amor eligen vivir en casas separadas: no se juntarán con el kirchnerismo en el Congreso, sino que armarán sus propios bloques legislativos. Así lo anunció ayer el vicepresidente electo Julio Cobos, al término de un encuentro con los demás referentes del radicalismo alineado con el Gobierno. “Vamos a crear nuestro espacio legislativo para fortalecer el espacio plural”, explicó Cobos, quien también reclamó una depuración de la UCR y una autocrítica de quienes lo conducen. La definición de una estrategia para recuperar el control del partido quedó, de todos modos, para una próxima reunión.

La decisión de no sumarse a los bloques de diputados y senadores del Frente para la Victoria es la primera definición de los radicales K con respecto al formato que darán a su relación con el Gobierno. El desafío que el sector encabezado por Cobos tiene por delante no es sencillo. “Se abre una etapa en la que somos oficialistas, pero no somos el PJ”, admitió un hombre del radicalismo asociado al kirchnerismo que participó del encuentro desarrollado en el Hotel Elevage.

Además del gobernador de Mendoza, en la reunión del radicalismo K estuvieron su colega de Río Negro, Miguel Saiz; de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral; y de Corrientes, Arturo Colombi. Faltó a la cita el santiagueño Gerardo Zamora: su prioridad por estas horas pasa por las derivaciones que tuvo el incendio del penal en esa provincia. También estuvieron varios intendentes, como Gustavo Posse (San Isidro), Enrique García (Vicente López) y Horacio Quiroga (Neuquén) y los porteños Miguel Pesce y Gustavo López.

Los radicales amigos del Gobierno se agruparán en el Congreso bajo la denominación Concertación Plural. No habrá referencias al radicalismo en el nombre de los bloques porque la idea es que cobijen también a otros socios del oficialismo de otras extracciones partidarias provenientes de Santiago del Estero, Misiones, Tierra del Fuego y Corrientes.

Según detalló Cobos, la bancada de la Cámara de Diputados reunirá entre 20 y 24 legisladores, entre radicales K y otros aliados al kirchnerismo. El vicepresidente electo, quien anoche cenó Daniel Scioli para empezar a definir la transición en el Senado, calculó que allí tendrán unas cinco o seis bancas.

Los radicales K también reclamaron a las autoridades de la UCR el levantamiento de “las sanciones y las intervenciones” contra los distritos que no responden a la conducción partidaria. “No puede haber una renovación a partir de las mismas autoridades que tiene el radicalismo. Tiene que darse una reafiliación total y convocar a un proceso electoral interno que desemboque en la renovación de autoridades”, enfatizó Cobos. El vicepresidente electo le reclamó una autocrítica a la cúpula partidaria por su papel electoral y mantuvo una posición intermedia entre aquellos que pretenden ir cuanto antes en busca del control del partido, como Verani, y los bonaerenses que no demuestran interés en dar esa pelea.