Por su segundo día, luego del anuncio del nuevo gabinete, el Gobierno les apuntó a los dos principales dirigentes de la oposición, Elisa Carrió y Mauricio Macri. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que Carrió “es una gran cínica”, que es “una enviada de los hacendados” y que es “líder del patriciado porteño”. “Le pido a Carrió que explique a los argentinos cómo quiso ser presidenta una persona que dice vivir de dádivas”, agregó. Otro de los que se la agarró con Carrió fue el designado ministro del Interior, Florencio Randazzo, al afirmar que “vive de la limosna de un grupo de legisladores a los que también habría que preguntarles cómo hacen para vivir y mantener a su jefa”. Por su parte, la diputada electa por la Coalición Cívica Patricia Bullrich defendió a Carrió y sostuvo que las expresiones de Randazzo son “irrespetuosas y violentas, y continúan con la política del agravio”. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, volvió sobre Macri, su blanco favorito: “No tiene la vocación de hablar de las cosas con seriedad”. La vicejefa electa, Gabriela Michetti, le pidió a Fernández que explicara a los porteños “cómo nos va a cuidar”.