En este rincón, los acusadores camaristas en lo penal económico contra el suspendido juez Guillermo Tiscornia. Y en el otro, los ex jueces de ese fuero Julio Cruciani y Julio Speroni, propuestos por la defensa del magistrado. Así transcurrió la jornada de ayer en el jury de enjuiciamiento que se le sigue a Tiscornia por presunto “mal desempeño en sus funciones y posible comisión de delito”. Por la mañana, los camaristas lo acusaron de haber realizado sentencias “sin fundamentación”, mientras que por la tarde Cruciani describió al colega enjuiciado como “hiperactivo, con una personalidad muy especial, muy memorioso y a la vez medio acelerado” y Speroni lo calificó como “buen marido, buen padre y buena persona”.

Los integrantes de la sala A de la Cámara de Apelaciones en lo penal económico coincidieron en que “en varias ocasiones” debieron anular resoluciones de Tiscornia y apartarlo de esas causas. En la tercera jornada del juicio político declararon ante el jury los camaristas Juan Carlos Bonzón, Nicanor Miguel Repetto y Edmundo Hendler, propuestos como testigos “de concepto” por la acusación. Bonzón sostuvo que el Tribunal debió anular sentencias de Tiscornia “por falta de fundamentación” y “por citar artículos que no correspondían”, aunque estimó que ello debió obedecer a “un error” y que el magistrado enjuiciado tenía “sentencias buenas y malas”, con “mayoría de aciertos que errores”. El camarista también aludió al carácter “vehemente” de Tiscornia, que lo llevó, en varias oportunidades, a enfrentarse con sus superiores de la Cámara mediante “críticas muy fuertes”. Según Bonzón, esos cuestionamientos “no ayudan a la justicia” y recordó que, en otra oportunidad, se apartó al magistrado suspendido por sobreseer al imputado en una causa sin siquiera haberlo indagado.

A su turno, su colega Repetto recordó que Tiscornia lo denunció penalmente como represalia por haberlo separado de una causa y anulado sus resoluciones. “Era impresionante la cantidad de delitos que me imputaba”, sostuvo el camarista, entre ellos abuso de autoridad y prevaricato. Repetto también recordó que el magistrado sometido a proceso fue apartado en otra causa por “falta de fundamentación” para disponer que se intercepten los teléfonos de un imputado en una causa por contrabando de estupefacientes. Sobre la manera de Tiscornia de replicar con denuncias penales a sus superiores, Repetto sostuvo que es “espantoso porque pone en riesgo la credibilidad en la Justicia”, aunque reconoció que tal vez el juez haya actuado así “para justificar su propia torpeza”.

Por su parte, el ex juez Cruciani declaró que las ideas de Tiscornia “le van más rápido que la aptitud mecánica que necesita” para escribir. Uno de los cargos que se le hacen a Tiscornia es haber copiado parte del texto de un abogado defensor en una resolución judicial donde se advierte “mi defendido” en lugar de decir “el imputado”. Cruciani afirmó que Tiscornia no es “una persona hipócrita”, reconoció su formación académica y dijo que sabía que el juez acusado por mal desempeño había sufrido cuestionamientos de la Cámara en lo penal económico. Conocido como “el juez del moñito”, Cruciani admitió que él también tuvo problemas con sus superiores. “Por eso me tuve que transformar en un juez mediático”, se justificó.