Los docentes porteños se concentrarán hoy frente a la sede del gobierno de la ciudad y desde allí marcharán hasta la Legislatura. La manifestación tendrá como marco el paro por 48 horas que maestros y profesores cumplen desde ayer en demanda de mejoras salariales, el aumento del presupuesto educativo y el llamado a elecciones de Juntas de Clasificación y Disciplina. La huelga fue convocada por los quince gremios que representan a la docencia pública y privada y en su primera jornada se hizo sentir en la mayoría de las escuelas.

Las autoridades porteñas optaron por el silencio frente a la convocatoria al paro docente y ayer tampoco hicieron pública su evaluación sobre el impacto de la medida de fuerza. Los protagonistas, por su parte, coincidieron en señalar que hubo amplia adhesión a la huelga.

“Tuvimos prácticamente un ciento por ciento de acatamiento a la protesta”, aseguró la secretaria general del Sindicato de Educadores de Buenos Aires (Sedeba). La secretaria adjunta de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), enrolada en la Ctera, Mirta Treviño, dijo el cese de actividades superó el “90 por ciento de adhesión”.

El paro fue notorio en las escuelas de toda la ciudad, sobre todo en el nivel primario. Treviño explicó que en las secundarias se registró cierta actividad porque “los chicos están con las pruebas integradoras y los profesores no quieren jorobarlos”. Carlos Oroz, dirigente de la Asociación de Enseñanza Media y Superior (Ademys), calculó que el acatamiento en esos establecimientos fue del “70 por ciento” y coincidió en la explicación: “Están en fecha de finalización de clases por lo que algunos docentes concurrieron a entregar notas, pero no firmaron el presente”.

En los colegios privados el impacto de la huelga fue menor. “El acatamiento en las escuelas privadas no fue tan alto”, admitieron en el Sindicato de Docentes Privados (Sadop). Lo atribuyeron a que “una de los consignas centrales de la medida es que se realicen las elecciones de junta de clasificación que se suspendieron y eso no nos involucra directamente”.

Los docentes piden una recomposición del salario básico del 20 por ciento y también un incremento del presupuesto del 30 por ciento. Además, exigen la realización de las elecciones de Juntas de Clasificación y Disciplina –que debieron hacerse la semana pasada y fueron suspendidas–, la libre opción de obra social, la movilidad de la jubilación docente y derogación del decreto 1990, que fija la cantidad de alumnos por docente y por aula.

La recomposición del salario docente quedó trunca tras la derrota electoral del actual jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, aunque el destinatario de la huelga es Mauricio Macri, quien lo sucederá en el cargo en menos de un mes. “En manos de Macri puede ser un peligro”, dijo por caso Treviño, para fundamentar el pedido de derogación del decreto 1990.

Página/12 consignó en su edición de ayer otra declaración en ese sentido de la misma dirigente del gremio de base de Ctera: “Sabemos muy bien quién es Mariano Narodowski (el próximo ministro de Educación porteño), no nos olvidamos que implementó un proyecto en San Luis que dejaba de lado el estatuto docente para contratar a los maestros. Los docentes estamos alertas, con temor por las políticas que se vayan a aplicar”. El apoyo de Narodowski –desde cuyo entorno enfatizaron que “no le tenemos miedo a nadie”– al proyecto de ley de Educación de Enrique Olivera que contempla la redacción de un nuevo Estatuto del sector no hizo más que encrespar el ánimo de maestros y profesores.

Los docentes se concentrarán hoy a las 13 en la jefatura de gobierno y se movilizarán después hasta la Legislatura, adonde Telerman envió un proyecto de Presupuesto para el año próximo consensuado con el macrismo que no incluye el incremento para educación reclamado por los sindicatos. Ya ayer al mediodía la UTE montó allí –en la esquina de Perú e Hipólito Yrigoyen– una radio abierta para difundir las demandas de la docencia porteña.