El gobierno nacional practicó tiro al blanco con la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, luego de que sus legisladores votaran con el PRO la intervención de la Obsba, que quería el jefe Mauricio Macri. Dos ministros y el jefe de Gabinete despuntaron con críticas a la dirigente opositora y recibieron la previsible respuesta de la CC. “Carrió ha convertido su fuerza en una propia del patriciado porteño, por lo tanto no tenía ninguna duda de que iba a acompañar lo que acompañó”, soltó Alberto Fernández. Desde la vereda cívica, Patricia Bullrich consideró que “cuando les dan la orden –que seguramente se las dio Kirchner y no Cristina– salen todos a pegarle a Carrió, como si fueran soldaditos”.

El manual K de la política dice que si dos enemigos se unen y uno es de derecha, es tiempo de atacar. Una parte del gabinete del gobierno nacional lo aplicó ayer: a los que suelen disparar contra Carrió (Fernández y el ministro del Interior, Florencio Randazzo) se sumó la ministra de Salud, Graciela Ocaña, quien proviene, precisamente, del ARI. Además de aprovechar la ley votada en conjunto con el macrismo, los funcionarios le apuntaron a las denuncias de Carrió por la venta de YPF a Enrique Esquenazi, por la participación del ex presidente Néstor Kirchner en el rescate de rehenes de las FARC, por la concesión al Hipódromo que extendió el gobierno nacional y por el escándalo de la valija venezolana.

Fernández dijo no estar sorprendido por la ley votada en conjunto con el macrismo, “porque Elisa Carrió representa lo mismo”. Randazzo le recomendó a la dirigente que “vaya a un psicólogo porque ella proyecta sus fracasos en los demás”. “Carrió proyecta lo que está haciendo ella, que está de vacaciones desde hace tres meses”, aseguró. A esta línea se sumó Ocaña, quien dijo que Carrió no tenía la “entidad ética” para criticarlos “cuando la verdad es que se ha pasado los últimos cuatro meses de vacaciones entre Punta del Este y Mar del Plata”. “No puede hacer una oposición irresponsable”, advirtió la ministra de Salud, quien le pidió a su ex correligionaria que “no siga agraviando a la Presidenta”. “He compartido mucho tiempo y afecto con Carrió, pero es mezquina en algunos aspectos. La mezquindad nunca es buena consejera”, le restregó.

La respuesta desde la Coalición Cívica no se hizo esperar. “No hicimos una alianza con Macri, sino que defendimos una política que tiene que ver con la plataforma de la CC, donde siempre estuvo la libertad sindical y la libre afiliación de la ciudad de Buenos Aires”, sostuvo Bullrich, quien destacó que “la CC tiene una responsabilidad más importante que la de Macri, que gobierna la ciudad: generar una alternativa nacional. Y lo vamos a hacer, diga lo que diga Alberto Fernández”.

“Para insultar a Carrió el Gobierno ya probó con los Fernández, después con Randazzo y ahora suman a la jauría a Graciela Ocaña”, advirtió la secretaria general del ARI, Elsa “Tata” Quiroz. “Nadie le cree a la brigada Brancaleone que asume la tarea con entusiasmo y sin pudor por su propia historia”, advirtió el peronista Gerardo Conte Grand, quien interpretó que “cuando no se puede explicar Skanska, la valija de Antonini, los negocios petroleros y los negocios del juego de amigos íntimos del poder, se opta por la descalificación personal”.

En tanto, el titular de la bancada de la CC en la Legislatura, Enrique Olivera, les pidió que “en lugar de seguir agraviando a la oposición, se ocupen de resolver los cortes de electricidad y agua que les anticipamos hace tres años y no hicieron nada para impedirlos”. “No hay ninguna alianza con Macri. Es una tontería más inventada por el Gobierno. Lo que resolvimos es votar lo que está bien, rechazar lo que está mal y controlar a quienes gobiernan. Sería de necios no apoyar lo que está bien”, dijo.