Un ministro uruguayo comparó a los cortes contra Botnia con el atentado a las Torres Gemelas. Los piquetes en los puentes “son nuestro 11 de septiembre”, definió el titular de la cartera de Turismo del Uruguay, Héctor Lescano. No es la primera vez que en el gobierno de Tabaré Vázquez se equipara a los vecinos de Gualeguaychú con terroristas, aunque la mención de ayer apuntó, en realidad, a bajarles el precio a los cortes de ruta. Lescano dijo que “el primer impacto y la sorpresa de los cortes de ruta ya pasaron. Así como pasó el 11 de septiembre y el mundo sigue viajando en avión y cientos de millones de ciudadanos recorren el mundo por el crecimiento mundial del turismo, acá también se está superando este problema”.

Las declaraciones fueron publicadas por el diario El País, de Montevideo. En diálogo con el periódico, el ministro de Turismo, que más tarde relativizó sus dichos, se lamentó por el corte del puente General San Martín, que hoy cumple 14 meses de permanencia. Es que según las estadísticas uruguayas, por allí pasaba el 67 por ciento del turismo argentino, sector que constituía el 80 por ciento de los turistas que arribaban al Uruguay.

Como era de esperar, en Gualeguaychú hubo reacciones frente a las palabras del ministro. “Son ridículas. Parece mentira que sean de un funcionario de Estado, porque nadie puede dimensionar las cosas de esta manera, a no ser que se trate de una persona que no está en sus cabales”, opinó Martín Alazard. Para el integrante de la asamblea ambiental, estas expresiones alimentan la xenofobia surgida desde que estalló el conflicto por la pastera. “Hay quienes están creídos del discurso de Tabaré en cuanto a que la Argentina quiere prohibirle el progreso al Uruguay y que los estamos coaccionando para que no puedan salir del problema de la pobreza.”

Raúl Subía consideró las declaraciones como “una nueva cortina de humo para seguir defendiendo los intereses de la empresa. Así consiguen sus cinco minutos de escándalo, aunque luego se retracten”.

El archivo guarda unos cuantos episodios del mismo tenor por parte de funcionarios uruguayos. A fines del 2006, cuando los vecinos anunciaron su intención de cruzar el puente para protestar frente a la puerta de Botnia, el gobierno militarizó la zona, desplegando al ejército en su perímetro.

Más tarde prohibió a los argentinos hacer cualquier tipo de manifestación en el departamento de Río Negro, al que pertenece Fray Bentos. En agosto pasado, cuando la planta estaba por comenzar a producir y ante las expresiones de algunos asambleístas que profetizaban que alguien la iba a hacer volar, la administración de Vázquez calificó a estos exabruptos como actos de “carácter terrorista”. El ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana, dijo que los vecinos daban “para pensar que no son ambientalistas, y que ni siquiera son piqueteros. Hay un movimiento terrorista que no sé qué finalidad pretende”. Los uruguayos enviaron una nota diplomática advirtiéndoles a sus pares argentinos que no estaban actuando “acorde a sus compromisos asumidos internacionalmente en la lucha contra el terrorismo”. Tres días más tarde, la Cancillería argentina rechazó esas alusiones con otra nota en la que dijo sentir “indignación”. La última reacción por el estilo fue el cierre de la frontera por parte de la policía uruguaya en diciembre pasado, que llegó a extenderse durante un lapso a los tres puentes.