El Gobierno apelará hoy a la movilización de sus simpatizantes como respuesta política al enfrentamiento que mantiene con las entidades agropecuarias desde hace dos semanas. La ambición del oficialismo es recrear el acto realizado el 25 de mayo de 2006, cuando con el aporte de los intendentes del conurbano los movimientos sociales y los sindicatos la Plaza de Mayo lució a pleno. “Cien mil personas” era el número más repetido que tiraban desde la Casa Rosada sobre la concurrencia estimada.

En Gobierno ayer se lamentaban de que la normalización del PJ todavía no estuviera completada, lo que le impedía a Néstor Kirchner hablar en el rol de jefe del partido gobernante. Por tanto, la única oradora será la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Personal de mantenimiento de la Presidencia y de una empresa privada se encontraba abocado desde ayer a la construcción de un escenario sobre la calle Balcarce. Como para que nadie se sienta afuera, el palco tendrá lugar para 500 invitados sentados, entre funcionarios, gobernadores, legisladores, intendentes, sindicalistas e invitados especiales.

La idea del acto surgió del ex presidente Kirchner, quien se encargó de cursar algunas invitaciones. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quedó a cargo de la organización del operativo. La convocatoria se hará bajo el lema “Convivencia, diálogo y defensa del gobierno nacional y popular” y está previsto que la Presidenta hable alrededor de las 16.

En pocos días, a medida que escalaba el enfrentamiento con el campo, todos los dirigentes kirchneristas han ido expresando su adhesión al acto y anticipando su movilización hacia la Plaza de Mayo. La excepción fueron los gobernadores que tratan de hacer equilibrio entre las presiones que reciben de los productores de sus provincias y las exigencias del Ejecutivo, como es el caso del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, o el del Chubut, Mario Das Neves, que alternaron críticas y elogios.

De todos modos, las provincias suelen mandar representaciones simbólicas a estos actos y son otros estamentos los que aportan el grueso de la gente. Por ejemplo, la CGT, a través de su secretario general Hugo Moyano y del judicial Julio Piumato, se apresuró la semana pasada en adelantar que se movilizaría a pleno. Cada sindicato luego hizo su profesión de fe al anunciar su adhesión en forma individual, como suscribieron ayer, entre otros, los bancarios y los encargados de edificio.

Una situación especial se vivió a propósito de la postura de las 62 Organizaciones, el histórico “brazo político” del sindicalismo peronista. El titular de las 62 y de la Unión de Trabajadores Rurales, Gerónimo Venegas, confirmó ayer que no apoya el acto. Secretario de un gremio que participa del conflicto, Venegas se propone como “mediador”. Su posición enojó a sus colegas que ayer se reunieron en el edificio de la calle Azopardo para sacar un documento con el membrete de las 62. El escrito, que lleva las firmas de Moyano, José Luis Lingeri, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Omar Viviani, Amadeo Genta y Abel Frutos, entre otros, indicó que las 62 Organizaciones “acompañará y sostendrá al Gobierno”.

En cambio, quienes no mostraron dudas fueron los dirigentes de los movimientos sociales kirchneristas, que anunciaron su convocatoria con una conferencia de prensa en el Congreso. Encabezados por Luis D’Elía y Edgardo Depetri, los movimientos K convocaron para darle “un fuerte espaldarazo no sólo al gobierno nacional, sino a la oportunidad de tener una Argentina distinta con más educación y trabajo”.

En tanto, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, convocó a la Plaza para “repudiar a la oligarquía” y les pidió a los pequeños productores que se separen del “gran negocio del agro”.

Como es común en las movilizaciones kirchneristas, antes y después del discurso habrá números musicales para entretener a la gente en la Plaza. Las agrupaciones convocan a sus militantes a partir de las 13 en distintos puntos del centro, por lo que se supone que se declarará a partir del mediodía asueto en la administración pública.