El cabo Carlos Alegre fue quien denunció el caso original de espionaje ilegal en Trelew. El formaba parte del grupo de inteligencia de la Base Almirante Zar, pero se negó a hacer inteligencia interna, por lo que fue sobreseído en la causa. Ante la imputación de la cúpula de la Armada, volvió a ser citado a declarar. En su testimonio original, ya había mencionado el Plan Básico de Inteligencia Naval, firmado por Godoy, pero en este caso amplió su conocimiento sobre ese documento: “Al referirse a amenazas asimétricas, comunicación institucional, me pareció en el momento en que lo leí que era en su conjunto un plan que transgredía normas de jerarquía superior”, explicó Alegre en su declaración, a la que tuvo acceso PáginaI12. “El plan que yo consideraba ilegal emanaba justamente del Jefe de Estado Mayor de la Armada (Jorge Godoy)”, indicó el joven militar. “En la práctica, lo que yo percibí en 2005 con respecto a las amenazas asimétricas, en el caso de terrorismo se obtenía información sobre sucesos/indicios sobre personas en Puerto Madryn. Una prueba de ello es el parte de inteligencia que emite en su momento el capitán de Navío Leopoldo Gustavo Ottogalli”, explicó. También detalló que estaban encargados de transmitir a sus superiores “toda información pública que afectase directa o indirectamente a la Armada”. Incluso relató una idea de actuar sobre escuelas primarias y secundarias cerca de la fecha de los recordatorios de la masacre de Trelew para “promocionar la actividad de la Armada en la zona”. También se propusieron “generar una acción psicológica sobre el personal subalterno para contrarrestar lo que ellos llamaban propaganda de izquierda o de derechos humanos”. “En esto, no sólo vi una exégesis del plan básico, sino que observé llamadas telefónicas a diario desde el Comando de Operaciones Navales y la Dirección de Inteligencia Naval”, detalló. El primero respondía directamente a Godoy y la segunda, al vicejefe de la Armada, Benito Rótolo.