En el Gobierno no creen que la relación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de su vice, Julio Cobos, vaya a cambiar en el futuro. “Yo creo que van a mantener el vínculo institucional, pero ni personalmente ni políticamente la relación puede volver a ser como antes”, le dijo un ministro a PáginaI12.

Ese “antes” al que se refería el ministro comprende el período en que fue el elegido para acompañar a CFK en la fórmula hasta los primeros días de julio, cuando Cobos comenzó a diferenciarse del Gobierno con una serie de gestos políticos y que coronó el 17 de ese mes con su voto “no positivo” al proyecto oficial sobre retenciones móviles.

En la Casa Rosada no ignoran cómo creció desde aquel día la figura del vice en muchos sectores de la clase media. Aun así, dicen no asignarle un peso específico propio para las elecciones del año que viene, a no ser que se encuadre en alguna fuerza política estructurada y suponen que lo más posible es que ese partido sea la UCR, a la que Cobos le viene pidiendo a su manera que le abran las puertas para retornar. Por ejemplo, reclamó que se levanten las sanciones a los radicales expulsados por haberse integrado al kirchnerismo, lista negra que él mismo encabeza.

Cuando en la Casa Rosada puntean a quienes le responden a Cobos, sólo cuentan a cuatro diputados y un puñado de intendentes. Y recuerdan que su candidato perdió ante el peronismo la gobernación de Mendoza. Todas las cuentas que hace el oficialismo, y que tienden a desvalorizar a Cobos, no tendrían validez si el mendocino se pone a la cabeza de otro proyecto electoral, para lo cual obviamente tendría que dejar el Gobierno.

Con todo el enojo de la Casa Rosada sobre Cobos –aunque nunca más lo digan públicamente, siguen considerando que traicionó el proyecto que lo llevó a la vicepresidencia y que, en lo personal, fue ingrato con la Presidenta–, funcionarios consultados por PáginaI12 no ven del todo mal que el mendocino vuelva a su reducto radical de origen. La explicación a esta preferencia es que pareciera más cómodo al Gobierno un radicalismo recompuesto como oposición que algún experimento aglutinador de opositores dispersos en corrientes que hoy encabezan Mauricio Macri, Elisa Carrió y Eduardo Duhalde.

En ese punto, en el oficialismo se dividen entre los que le conceden a Cobos habilidad política para capitalizar la notoriedad que ganó con su voto en el Senado y los que creen que dilapidará esa ganancia. Estos últimos sostienen que Cobos tiende a la sobreactuación y puede quedar pagando más de una vez, como le ocurrió días atrás en Córdoba, donde dio un fuerte apoyo al reclamo de Juan Schiaretti para que la Nación auxilie a la Caja de Jubilaciones de la provincia, y el gobernador no sólo no lo recibió, sino que evitó cualquier amague de agradecimiento a ese respaldo del vice.