El obispo emérito de la ciudad rionegrina de Viedma, Miguel Hesayne, aseguró que “ante la Argentina partida en dos clases de ciudadanos”, vivir la Navidad exige comprometerse a “formar chicas y muchachos en la dimensión social del Evangelio de Jesús”. Hesayne señaló que en el país hay “quienes tienen hasta un consumismo irritante y vergonzoso y quienes no tienen lo mínimo para consumir”, lo cual es “generador de violencia de todo tipo: violencia de dirigentes sin reales políticas de una real justicia social desde una sincera solidaridad; violencia criminal generada por la desesperación y drogadicción, al amparo del vil enriquecimiento con la extrema pobreza”. El obispo emérito de la capital de Río Negro afirmó también que en el marco de esa situación se necesitan “dirigentes honestos y servidores”. Hesayne advirtió por último que “de lo contrario, la sociedad argentina seguirá autodestruyéndose por la injusticia, la violencia y la droga”.