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“Es muy difícil, incluso para nosotros, saber qué vamos a hacer en Gualeguaychú después del fallo de La Haya. Le pedimos a la Cancillería que tras la lectura de la sentencia nos mande una traducción para que nuestros abogados puedan estudiarla a fondo, evaluar los pro y los contra. Después va a haber una asamblea ampliada, con toda la ciudad, para discutir cómo seguir. Nosotros no vamos a aceptar otra cosa que el desmantelamiento de Botnia; en eso, seguimos pensado como siempre”, dijo ayer, desde la asamblea de Gualeguaychú, Gustavo Rivollier.

La reunión del presidente uruguayo José Mujica con Cristina Kirchner tomó a la ciudad por sorpresa. A quince días de que La Haya difunda su sentencia (será leída el 20 de abril, a las 10), nadie estuvo dispuesto a creer que el tema de la pastera no haya sido el motivo del encuentro entre los mandatarios; pero aunque varios integrantes de la asamblea se comunicaron con sus contactos en el Gobierno para tratar de averiguar qué estaba pasando, no lograron enterarse de mucho. El hermetismo alimentó en los asambleístas una sensación de desconfianza.

“Ellos están manejando algún tipo de información. Creo que la preocupación que tienen somos nosotros, porque éste ha sido un gobierno complaciente con Botnia. Si realmente hubieran querido, Botnia ya no estaba acá”, consideró José Pouler. “Aceptaron ir a La Haya por el reclamo social y apostaron a que nos desgastáramos, pero eso no ocurrió.”

Las figuras de la asamblea se muestran convencidas de que la Corte Internacional va a decir que el gobierno uruguayo violó el Tratado del Río Uruguay al autorizar unilateralmente la construcción de Botnia sobre la costa del río compartido. Sin embargo, hay preocupación porque en los últimos días, mientras el gobierno argentino guarda silencio sobre el tema, funcionarios del gobierno uruguayo, como el del Ministerio del Interior, Eduardo Bonomi, han salido a declarar que la pastera “no va a ser relocalizada” y que tal medida “no es condición para un acuerdo”.

Los vecinos mantienen su postura de rechazo a un monitoreo conjunto. El argumento más repetido es que, dado que Botnia se construyó violando el Tratado del Río Uruguay, la única solución ajustada a la ley es su cierre o relocalización.

¿Y si la Corte considera que no hubo una violación al Tratado? “Eso no tendría lógica”, contestó Pouler. Como otros integrantes de la asamblea, lo que espera es un fallo extenso, con indicaciones a los dos gobiernos, “que habrá que analizar para saber si salimos gananciosos o no”, pero en el que la Corte dirá que los uruguayos incumplieron con la obligación de consensuar con la Argentina sobre la instalación de la pastera.

El 20 esperarán el fallo en el corte de ruta de Arroyo Verde. Ya confirmaron su presencia la mayoría de los concejales, y aunque todavía no lo ha hecho el intendente Juan José Bahillo (PJ), se descuenta que también va a ir, dado el peso que tiene el acontecimiento. El domingo siguiente se realizará la gran marcha de todos los años al puente San Martín, que servirá de festejo o válvula de escape, según el resultado del fallo. Esa movilización, que en su primer año instaló el tema de Botnia como un problema nacional al reunir 40 mil personas, llegó en años posteriores a juntar hasta 120 mil concurrentes.

La idea es dejar para después de la marcha la convocatoria a la asamblea ampliada. “Lo mejor sería dejar pasar unos días antes de hacer ese debate, porque no es bueno tomar decisiones en caliente; además, tenemos que darnos un tiempo para que los abogados analicen el tema y podamos entender los efectos del fallo. Después va a decidir la ciudad, que es la única manera en que se sostiene la lucha. Por más compromiso que pueda tener el grupo más activo de la asamblea, sin la ciudad atrás no podemos hacer nada”, apuntó Rivollier.

Uno de los temas en discusión será el futuro del corte de ruta, que ya no tiene ni la repercusión ni el apoyo de antes. Instalado el 10 de noviembre de 2006, el bloqueo al puente internacional lleva ya tres años y medio.