Miércoles, 14 de abril de 2010 | Hoy
EL PAíS › LAS ADVERTENCIAS DE LA CUMBRE MUNDIAL DE SEGURIDAD NUCLEAR
“Dos décadas atrás se cayó el riesgo de una confrontación nuclear entre naciones, pero emergió el riesgo de un ataque nuclear”, sostuvo Obama al insistir en el peligro de que el terrorismo acceda a una bomba. En 2012 se realizará una nueva cumbre.
Por Fernando Cibeira
Desde Washington
No hubo un resultado concreto, pero los 47 presidentes que se reunieron ayer en el Centro de Convenciones Walter E. Washington coincidieron en que se había dado un paso importante para asegurarle al mundo que el terrorismo internacional –Barack Obama mencionó insistentemente a Al Qaida– no acceda a las tecnologías nucleares. Tanto es así que la Cumbre sobre Seguridad Nuclear ya se aseguró su continuidad: casi seguramente se hará una vez cada dos años y ya hay una cita para 2012 en Corea del Sur. Antes, hacia fin de este año, los “sherpas” que asesoraron a los jefes de Estado se encontrarán nuevamente en Buenos Aires para discutir lo que se habló en esta sesión, pero no se pudo incluir en los documentos finales. Extrañamente, se habló poco y nada de Irán.
Las sesiones no pudieron verse salvo la apertura, a cargo de Obama, anfitrión y alma mater del encuentro. Luego de pedir un minuto de silencio con todos de pie por la desgracia ocurrida en Polonia, el norteamericano expresó sus temores que lo llevaron a idear esta Cumbre que puso en marcha con bastante éxito, si se tiene en cuenta el nivel de convocatoria. Fueron todos los que invitó salvo el israelí Benjamin Netanyahu, que no quería que lo acusaran de esconder arsenales nucleares.
“Dos décadas atrás se cayó el riesgo de una confrontación nuclear entre naciones, pero emergió el riesgo de un ataque nuclear”, sostuvo. Es decir, ya no habrá una guerra nuclear, pero ve muy probable que el terrorismo eche mano a un ataque nuclear –una bomba “sucia”– contra algunos de sus objetivos. “Una pequeña carga de plutonio del tamaño de una manzana podría costar la vida de cientos de miles de personas”, ejemplificó Obama de una manera inquietante. “Grupos como Al Qaida están a la búsqueda de estos materiales y seguramente lo utilizarían. Sería una catástrofe para el mundo”, siguió.
Su propuesta, entonces, es cómo hacer para que esa manzana no la muerda quien no corresponda. La presidenta Cristina Kirchner recordó que Argentina es además de Estados Unidos el único país en el continente que fue blanco del terrorismo internacional. Incluso la Argentina dos veces: Embajada de Israel y AMIA. Pero que la buena noticia que el país tenía para dar era que en 60 años de desarrollo nuclear nunca había sido utilizado con fines que no fueran pacíficos. Destacó el hecho de que varios países de los que participaron ayer de la Cumbre le hubieran comprado –o estarían cerca de hacerlo– reactores a la Argentina.
La Presidenta -–contó luego– reconoció la necesidad de aggiornar leyes que pueden haber quedado desactualizadas para estos tiempos pero que las nuevas regulaciones deben tener “un sólo estandard global”. El miedo argentino es que los países desarrollados utilicen la excusa de la seguridad para detener los avances nucleares de los países en desarrollo. En ese sentido, un indicio lo dio el chileno Sebastián Piñera, que anunció que su pais dejará en manos de Estados Unidos el enriquecimiento de uranio porque sus centrales nucleares pueden funcionar como uranio pobremente enriquecido. Una decisión controvertida.
En el documento final de la cumbre, los países se comprometieron “a mantener una seguridad efectiva de todos sus materiales nucleares, para impedir que agentes que no sean Estados logren la información o la tecnología para el uso de esos materiales con propósitos maliciosos”. También reafirmaron el papel esencial de contralor que cumple el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que es el instituto de las Naciones Unidas que se encarga de la cuestión.
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