Domingo, 27 de junio de 2010 | Hoy
EL PAíS › EN LA MISMA SINTONIA QUE EL GOBIERNO
Por Laura Vales
“En el 2002 veníamos al puente por el bolsón de comida y el plan Trabajar, y los gobiernos nos respondían con plomo. Esa situación cambió con la Asignación Universal por Hijo, el plan Argentina Trabaja, la reactivación económica y el mayor nivel de empleo. Todavía falta, pero hay que sostener este rumbo”, definió Juan Cruz Dafuncchio, del Movimiento Aníbal Verón, mientras las columnas de los movimientos afines al kirchnerismo subían al puente Pueyrredón para arrancar con el segundo acto de la jornada. Las organizaciones sociales K llevaron al palco a dirigentes de la CTA y de la CGT, y convocaron a “construir la unidad” de cara al 2011 “para enfrentar con éxito a los grupos económicos, al grupo Clarín, a De Narváez, a Solá y a Macri”.
Después de las dos de la tarde, en el puente las banderas en recuerdo de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán se mezclaron con imágenes de Evita y, aunque menos, también algunas de Perón. Los movimientos centraron su acto en defender el rumbo económico y social iniciado en el 2003. “A ocho años de la masacre, podemos decir con enorme alegría que sentimos estar cumpliendo los sueños de Darío y Maxi, del Oso Cisneros y tantos otros compañeros caídos”, señalaron en un documento redactado en conjunto. La organización Tupac Amaru, de Milagro Sala; el Movimiento Evita; el Frente Transversal y Popular y el Comedor Los Pibes, de La Boca, estuvieron entre los que se movilizaron al puente, convocados por el MTD Aníbal Verón, al que pertenecían en el 2002 Kosteki y Santillán (la organización luego se fragmentó, y los compañeros de Kosteki y Santillán quedaron repartidos en varias agrupaciones, algunas opositoras y otras oficialistas).
Junto a los piqueteros hubo dirigentes sindicales como el cegetista Omar Plaini, secretario general del gremio de Canillitas. Aunque estaba anunciado que Hugo Yasky sería uno de los oradores, el titular de la CTA no concurrió; envió en su nombre a Roberto Baradell, el secretario general de los docentes de Suteba. “Es muy importante que hoy estén presentes la CGT y la CTA, porque eso es lo que tenemos que construir, la unidad en la defensa de los intereses populares”, sostuvo Baradell.
Plaini habló de Avellaneda como un símbolo de la historia del país, industrializada del ’45 al ’76, luego destruida por el modelo económico de la dictadura, y escenario de los reclamos sociales en los ’90. “Ustedes, los movimientos sociales, con los jóvenes, son los que encabezaron la resistencia que nosotros acompañamos desde la CTA y el MTA”, reconoció: “Por eso es importante la unidad”. El dirigente rescató la transformación comenzada y en el 2003 y, citando a Hugo Moyano, propuso “no estar sólo para acompañar este modelo, sino profundizarlo”.
“Yo soy argentino / soy soldado del pingüino”, cantaron los manifestantes. El intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez, y Dafuncchio cerraron los discursos.
El documento conjunto definió este momento como “histórico”. “La Argentina tiene dos caminos: el de continuar con este proyecto nacional y popular, con todo lo que aún falta, pero dentro de un modelo económico de exportación, producción, industria, valor agregado, trabajo argentino, democracia informativa, con paritarias, con el sistema jubilatorio en manos del Estado que incluya a todos los argentinos que lo necesiten, con mayor inversión social, con nuevas generaciones que se vayan incluyendo en la política”, planteó. “O retrocedemos para que vuelva a imponerse el modelo que ha predominado en estos 200 años de historia.”
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