Al mediodía, Cristina Fernández de Kirchner compartió el almuerzo con un grupo de quince compañías de Canadá, la mayoría líderes en sus respectivos rubros y con presencia internacional. La reunión fue organizada por el presidente de la minera Barrick Gold, Peter Munk, quien regaló tantos elogios a la jefa de Estado argentino que al momento de los postres Cristina dijo que debería cambiar de vocero y ponerlo a él. Barrick Gold avanza en un proyecto minero binacional, entre Argentina y Chile, que de este lado está concentrado en la provincia de San Juan. La iniciativa constituye la inversión más grande del sector a nivel mundial en este momento, con desembolsos previstos por más de 3500 millones de dólares. Es un proyecto que genera también fuertes cuestionamientos por su eventual impacto ambiental. El gobernador José Luis Gioja, de esa provincia, que junto a los mandatarios de Salta, Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero también participaron del almuerzo, criticó a quienes “mienten” diciendo que habrá un grave perjuicio por contaminación. Cristina también señaló que la Argentina tiene un potencial minero que representa dos terceras partes de la producción de Chile. Pero hubo más elogios hacia la marcha de la economía argentina. “Quedamos impactados con el desarrollo que está teniendo el país”, señaló Galen Weston Jr., ejecutivo de Loblaw Companies, una distribuidora de alimentos que proyecta importar productos argentinos.