En el procesamiento de José Pedraza la jueza destaca que en una comunicación telefónica entre el titular de la Unión Ferroviaria “con quien sería Angel Stafforini, director de Belgrano Cargas,” queda claro cómo negocian el posible pago de un soborno para conseguir la liberación de los imputados por el asesinato de Mariano Ferreyra.

En la escucha del 25 de enero de este año, Pedraza le dice al directivo del Belgrano Cargas que “serán 75 o 50”. Stafforini le responde: “Si no llegás, nosotros ponemos la diferencia y después lo recuperamos”. El fallo recuerda que la posibilidad del intento de soborno al camarista Eduardo Riggi “estuvo en discusión por bastante tiempo, de acuerdo con la conversación mantenida por el intermediario en tal faena, Juan José Riquelme, con el abogado Araóz de La Madrid”. Riquelme es un conocido lobbista de los intereses del ferroviario y Araóz de La Madrid actuaba como abogado de Guillermo Uño –uno de los detenidos de la patota ferroviaria– y había sido secretario del camarista en su paso por la Justicia. A raíz de esas sospechas hay otra causa abierta.

La jueza concluye que Pedraza “se posiciona como el verdadero interesado no ya en beneficiar a los afiliados a la Unión Ferroviaria, sino a sí mismo”. El fallo explica que “también se encontraría involucrado Stafforini, directivo de Belgrano Cargas y, al mismo tiempo, contador de la Unión Ferroviaria, vinculado estrechamente al propio Pedraza”.