La nueva ofensiva patronal contra el gobierno sucede cuando faltan sólo cuatro meses para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Para medir el salto de calidad institucional que significa la ley que las instituyó, basta con reparar en las fallidas tentativas de radicales y peornistas federales por escoger sus candidatos presidenciales con métodos caseros. El domingo pasado, en cuatro provincias del NEA se informó que habían votado 33.755 peornistas federales sobre un padrón de 2.978.282 personas, es decir el 1,13 por ciento, bien por debajo del 1,5 por ciento que requiere la ley electoral. Sólo en Entre Ríos superaron ese piso, con 1,8 por ciento (16.141 votos sobre un padrón de 897.430). La mitad de ellos corresponderían a Paraná, donde sólo se habilitó una mesa. Esto es inverosímil. Según el periodista Lucas Carrasco, hace cuatro años votaron 10.000 en veinte escuelas, cuando se elegían candidatos a intendente y concejales. Hoy el ex senador Eduardo Duhalde y el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saa debían medirse en Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. Pero en vez de sonreír abrazados, volvieron a las recriminaciones de hace diez años, cuando uno aspiraba a la primera magistratura que detentaba el hermano del otro, arrebatada al sexto y último radical que presidió la Argentina. Ambos se acusaron de fraude y Duhalde pretende que ganó por abandono, pero no queda claro si se inspira en la autoproclamación de Ricardo Alfonsín o en la disimulada deserción de Julio Cobos. Esta es otra prueba de la fortaleza electoral de Cristina. La única esperanza de Duhalde, ya no para volver a las ligas mayores, sino al menos para salir de escena vestido y silbando, es entenderse con Maurizio Macrì. Como una pareja suele consistir en una parte que sufre y otra que se aburre, Macrì sólo tiene ojos para Carlos Reutemann, cuyo acompañamiento cree que le permitiría asegurarse el segundo puesto en la elección presidencial, con ilusión de aspirar a una segunda vuelta o quedar instalado para 2015. La devaluación de esta pintoresca interna del Peornismo Federal llegó al colmo cuando su candidato a la vicegobernación de Entre Ríos, Jorge Kertz, anunció que votaría por Fernando Solanas para presidente. Si se presentara a ese cargo y no a gobernador porteño, claro.