EL PAíS › GORILAS, INDECISOS, MARKETING

Cómo hizo para subir

Por J. N.

¿Cómo hizo Ricardo López Murphy, un neoliberal salvaje que fracasó estrepitosamente durante su breve gestión en Economía, para trepar a los primeros lugares de las encuestas? ¿Cómo hace para presentarse como democrático si construyó su candidatura rodeado de ex funcionarios de la dictadura? ¿Es la publicidad? ¿O la decisión de abandonar el aspecto de comisario de pueblo enojado y dulcificar su imagen? ¿Es el voto radical? ¿El voto independiente? ¿El voto gorila?
Antes de cualquier análisis conviene recordar los antecedentes del candidato. Economista de profesión, López Murphy tiene un master en Chicago y fue jefe de la fundación ultraliberal FIEL. En la campaña de la Alianza de 1999 propuso bajar los salarios un diez por ciento, lo que le valió un reto de los candidatos. Como ministro de Defensa se opuso a los avances en la investigación y el castigo al terrorismo de Estado. Cuando asumió en Economía, demostró una convicción ajustadora a prueba de balas, en letal combinación con la cintura política de un elefante: ordenó un recorte de 1962 millones de pesos, que incluía una poda a las universidades y la eliminación del Fondo de Incentivo Docente, y tuvo que renunciar luego de dos semanas.
A pesar de estos antecedentes (o, en algunos antecedentes quizá gracias a ellos) el candidato favorito del establishment experimentó un crecimiento notable, para el cual pueden elaborarse diferentes hipótesis. Aunque se superponen –el voto radical puede coincidir con el voto gorila, éste con el independiente, y así–, combinadas ayudan a explican este fenómeno.
- El voto gorila. En el último tramo, el candidato de Recrear avanzó sobre el voto no peronista, sobrepasando en la pulseada a Elisa Carrió, quien no se dedicó a atacar a sus rivales del PJ por varios motivos: el origen peronista de muchos de sus colaboradores, su olvidado acercamiento a Néstor Kirchner y la voluntad de pelear los votos de los sectores más humildes. “Es algo que se subestimaba, pero que hay que tener en cuenta. Hay al menos un 30 por ciento del padrón que jamás en la vida votó al PJ y jamás lo votará”, señala Enrique Zuleta Puceiro.
- El voto radical. Con Leopoldo Moreau fuera de carrera, López Murphy se consolidó como la opción más potable para el tradicional votante de la UCR, sobre todo para el de raíz más conservadora. No son pocos: en el radicalismo siempre convivió una línea más progresista (Hipólito Yrigoyen, Raúl Alfonsín) con otra más conservadora (Marcelo T. de Alvear, Ricardo Balbín, Fernando de la Rúa), especialmente potente en distritos muy poblados como Córdoba o el interior bonaerense. “Tiene el apoyo de muchos votantes de derecha, pero el crecimiento está centrado básicamente en el voto radical. No sube en otros sectores, pero con eso le alcanza”, confirma Analía del Franco.
- El voto independiente. Con la mirada clavada en la clase media independiente, hegemónica en los grandes centros urbanos, López Murphy aprovechó la recta final de la campaña para pegar un notable “giro al centro”: sus discursos perdieron contenido económico y ahora se basan en la importancia de la educación, la igualdad y la lucha contra la corrupción, que son, no casualmente, los ejes de los nuevos spots televisivos. “Es su gran logro. Dejó de ser el candidato de la derecha para convertirse en el candidato de la clase media”, elogia Rosendo Fraga, asesores más cercanos al candidato. El reenfoque discursivo, sin embargo, no alcanza a diluir el núcleo duro de su pensamiento, que se mantiene inalterable: su programa económico se sustenta en la doctrina del círculo virtuoso, su plan educativo se basa en el arancelamiento de la universidad pública y su política de seguridad defiende la ciminalización del conflicto en el trato con los piqueteros.
- El voto marketing. Lanzó “las leyes de López Murphy” para marcar diferencias con sus rivales del PJ. Atemperó su imagen y ahora se muestra más distendido. Y exhibió cierto sentido del humor, burlándose de sí mismocon la idea del bulldog. Con una factura técnica impecable, al mejor estilo Agulla, la campaña apuntó desde el principio a proyectar una imagen renovada de hombre democrático que diluya el peso simbólico de los ex funcionarios de la dictadura que lo respaldan. “Es una gran campaña porque la elección del target es correcta. Fue a buscar los votos cercanos, se consolidó y a partir de ahí creció por los márgenes”, señala Zuleta.
- El voto provincial. Consolidadas en muchas provincias, las fuerzas del interior aportan estructura, fiscales y experiencia en las mañas de la política, algo esencial para pelear contra los partidos tradicionales. Pero, además, podrían acercarle votos en el interior, algo siempre difícil de conseguir para las fuerzas nuevas, cuyos adherentes suelen concentrarse en los grandes centros urbanos.

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