El 12 de abril de 1997, en horas del mediodía, fue asesinada de un balazo policial Teresa Rodríguez (25). La empleada doméstica se dirigía a su trabajo y pasó cerca del puente sobre la ruta 17, en la ciudad de Cutral-Có, en momentos en que cientos de personas allí reunidas resistían el avance de la Gendarmería Nacional, secundada por la policía neuquina. El reclamo de los manifestantes era por “pan y trabajo”. A poco de ocurrido el suceso, el único detenido fue, durante un tiempo, el agente provincial Hugo Alberto Rudolf, pero después la acusación, en una causa paralela, involucró a nueve policías. En esa segunda causa se llegó al juicio oral, en el que fueron condenados cuatro de ellos, a penas menores, sin aplicación efectiva. Los condenados fueron Santiago Ceferino Antigual, Leonardo Magallanes, Daniel Humberto Vece y Daniel Videla. Les impusieron una pena de dos años y medio de prisión en suspenso. Junto con Teresa Rodríguez fueron heridos otros dos manifestantes, que pudieron sobrevivir al ataque. Aunque Teresa Rodríguez nunca fue una militante política, el movimiento social que lleva su nombre la ha reivindicado después de su muerte y la ha convertido en estandarte de lucha. El Movimiento Teresa Rodríguez tiene una importante presencia en distintas localidades del conurbano bonaerense y en ciudades del interior del país. Luego del asesinato, el entonces gobernador Felipe Sapag y el comisario mayor Marcelo Jaureguiberry, jefe de la policía provincial, calificaron al hecho de “lamentable accidente”. Para justificar los disparos policiales, aseguraron –sin prueba alguna– que en el piquete había supuestos “francotiradores” o “elementos armados”.