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La mayoría de los encuestadores considera que si Carlos Menem renuncia a competir en el ballottage le va a provocar un problema inicial de legitimidad a Néstor Kirchner, pero que ese problema será menor. Según los consultores, el desafío del santacruceño .-con ballottage o sin ballottage.- estará en sus primeros tres meses de gobierno: allí tendrá que provocar confianza en la gente y encontrar consensos dentro y fuera del peronismo.
Eso sí: para los encuestadores, si Menem se baja difícilmente tenga retorno a algún protagonismo en la arena política, ya que resulta casi imposible otorgar alguna explicación a su decisión de no competir. Los consultores discrepan sobre el peronismo. Para algunos, si Menem se baja les hará un favor a algunos menemistas: competirán en las elecciones que se vienen –gobernaciones, legisladores, intendentes– sin cargar con el peso de una derrota. Para otros, en cambio, si Menem da un paso al costado el golpe será igual de duro para cualquier postulante a gobernador, intendente o concejal que haya estado en sus filas.
Manuel Mora y Araujo: “Si Menem se baja, Kirchner no va a poder decir que tiene el 70 por ciento, sólo tendrá el 22 por ciento que obtuvo en la primera vuelta. Creo que eso tiene un poco de peso, pero no mucho. ¿De qué le sirve a Kirchner tener el 70 por ciento si en su momento Fernando de la Rúa orilló el 50? Pero hay otro elemento que sí veo de envergadura. Si Menem se baja le evita una derrota a gente del menemismo que seguirá en política: los gobernadores, intendentes y hasta concejales que afrontan las elecciones que seguirán de aquí hasta fin de año. Si no se presenta, les permite a ellos evitar una derrota y les abre las puertas a que cierren filas con otros sectores del PJ, sin tener el estigma de una caída. Ese lo veo un motivo muy fuerte para que lo presionen a bajarse”.
Enrique Zuleta Puceiro: “El primer efecto es la apertura de un ciclo deliberativo en que Kirchner tratará de suplir la falta de ballottage con una ronda de negociaciones. El resultado va a ser seguramente negativo. Casi todos los demás van a tratar de delimitar el poder de Kirchner. Habrá un compás de espera y todos se van a someter a lo que vaya opinando la gente. Tiene un efecto sobre Menem porque sería una derrota por demolición, irrescatable. No hay argumento que explique su deserción. La gente, además, se va a quedar con bronca porque sentirá que le niegan el derecho al voto. Dentro del PJ habrá un proceso de ajuste de cuentas y los que acompañaban a Menem pagarán los platos rotos. Eso es impresionante, teniendo en cuenta que se baja el que ganó la primera vuelta”.
Hugo Haime: “Al futuro gobierno le causa un muy relativo daño institucional, porque de hecho está claro que Kirchner es el próximo presidente, por cuanto las chances de Menem de ganar son nulas. Igual el próximo gobierno va a necesitar consenso, acuerdos políticos, y ello es así se baje o no se baje Menem. Me parece que si Kirchner llega ganando el ballottage tiene en un primer momento un impacto psicológico, pero sólo le alcanzará para unos 30 días, ya que igual su voto auténtico es el de los 22 puntos que sacó en la primera vuelta. Kirchner de todas maneras está obligado a generar actos de gobierno que le generen apoyo, teniendo 22 puntos o teniendo 70 puntos. Yo veo una dramatización de esta situación en la dirigencia política y esa no es la dramatización que hace la población”.
Analía Del Franco: “Si Menem se baja, es un problema. Obviamente le va a crear un problema de legitimidad inicial. Es posible que se rearme a través de su gestión inicial o de algún plebiscito que pueda lanzar. La legitimidad, con 18 de mayo o sin 18 de mayo, va a estar en el ejercicio del poder. Si Menem se baja rompe las reglas de un sistema implementado, pero el desafío de Kirchner está en el camino que tome para recomponer. Sísoy categórica en que para Menem se terminan las cosas, porque demuestra que la política le parece un juego”.