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El primer mandato es gobernar, el segundo es buscar consensos. De esta manera podría resumirse lo que la gente quiere que haga el nuevo presidente en los primeros pasos de su gobierno. Al mismo tiempo, nada menos que el 88 por ciento de los ciudadanos le dicen a los demás partidos que deben apoyar a Kirchner y colaborar con un nuevo consenso que le permita gobernar.
“La gente le dice a los partidos que no adopten la estrategia de Menem -explica Zuleta–. Se pide un rechazo a discursos como el de Juan Carlos Romero, el compañero de fórmula de Menem, que ha dicho en los últimos días que desertaron del ballottage porque ‘no les íbamos a permitir que saque el 70 por ciento de los votos’. El ciudadano no quiere ese tipo de actitudes sino que se apoye al nuevo gobierno y que se lo fortifique. En ese deseo también es cierto, que se lo percibe como un gobierno que necesita ayuda, que nace con cierta debilidad”.
En el trabajo de OPSM se percibe que hay un deseo de que Kirchner gobierne, que tome medidas, que se mueva con audacia. Incluso la alternativa de convocar un plebiscito para fortalecer al primer mandatario no recoge demasiadas opiniones favorables. Pero sí es cierto que la sociedad también quiere que el nuevo presidente busque el consenso, que convoque a los pr incipales partidos de oposición para encontrar acuerdos. Se le pide que converse, que pregunte y que no se largue solo.
En otros sondeos realizados durante esta misma semana es cierto que la gente no manifiesta demasiada confianza en los políticos y por lo tanto, piensa que los consensos son más bien improbables. La idea es que de uno y otro lado habrá maniobras, mezquindades y jugadas que se consideran habituales, por lo que los diálogos entre políticos son vistos en general en forma negativa. Aún así, el mandato parece ser el de lograr consensos, no el de la confrontación.