EL PAíS
Otras voces
- Enrique Zuleta Puceiro (OPSM, Zuleta Puceiro y Asociados): “Creo que la solución autoritaria como forma de superar el estancamiento de la vieja política está en crisis. El estilo Kirchner ha devuelto a los sectores medios una cierta apertura. El sistema político funciona y les resta espacio a las soluciones autoritarias, que estuvieron el año pasado en auge por la bronca que se generó en los sectores medios urbanos. Creo que el último proceso electoral les devolvió a estos sectores medios urbanos un reconocimiento por la política. Quedan todavía bolsones autoritarios. En Tucumán el bussismo no es un fenómeno epidérmico. Tucumán es un lugar muy especial de la Argentina, siempre ha tenido una revolución pendiente y sobre todo tiene un componente social explosivo donde se dan la mano las capas más humildes y los sectores más adinerados, los que produjeron el bussismo, con un componente de alianza estratégica, muy similar a la del fascismo. Bussi ha generado un partido fuerte, en especial en la capital provincial, con dos facciones: una más conservadora y otra más cercana al radicalismo. Cuando la figura de Bussi se opacó, unos siguieron acompañándolo y otros quedaron boyando. Bussi padre ha logrado reconvocar a las das facciones en la ciudad de Tucumán, no así en el resto de la provincia. Su hijo, Ricardo, no tiene nada de extraordinario”.
- Hugo Haime (Hugo Haime & Asociados): “El bu- ssismo es
Bussi padre, en una sociedad muy tradicional que necesita la idea de protección y de orden. Bussi históricamente encarnó un liderazgo asentado en los barrios periféricos de la capital, donde hizo una fuerte acción cuando fue intendente. El tema de los desaparecidos no es un elemento que pese mucho en esa sociedad y nadie hizo campaña con eso. Ricardo Bussi es una “plumita”, no tiene nada que ver con su padre. En las encuestas que nosotros trabajamos para el PJ, teníamos no podíamos dilucidar los datos en la capital, donde Antonio Bussi superaba los votos de su hijo. Lo que yo veo hoy en Tucumán con claridad es que Antonio Bussi cae porque cae su liderazgo y tiene que surgir una alternativa al justicialismo, que hoy parece ser Esteban Jerez, aunque no tiene estructura propia y su imagen positiva cayó de un 60 a un 49 por ciento desde que dejó la Justicia y se dedicó a la política. La gente apostó a Jerez como opositor. Su frente (Unión por Tucumán) aglutina por derecha y por izquierda y está basado en los votos de Carrió, peronistas disidentes, la UCR y algo de López Murphy”.