EL PAíS
Apostillas
Lo primero que hizo Mauricio Macri cuando entró al estudio de Canal 7 donde se realizó el debate fue dirigirse a su atril y probar el audio de su micrófono. Al principio pronunció el tradicional “hola, hola”, pero después sorprendió a todos: “Hola, Panam”, dijo el empresario. Tal la consigna que había que responderle a la modelo para ganarse los premios con los que Gerardo Sofovich trataba de hacer atractivos sus programas de fin de semana.
---
Una de las condiciones que Macri puso durante la negociación de los términos del debate en Poder Ciudadano es que detrás de cada atril hubiera una banqueta americana para poder sentarse a descansar en los momentos en que hablaba Aníbal Ibarra y la cámara no lo enfocaba. El empresario la usó un rato antes de que empezara el debate, pero después prácticamente no se sentó.
---
Ibarra dio la sensación de ni siquiera haber visto la banqueta que le colocaron. En su caso estuvo todo el tiempo parado. Los ratos en que la cámara no lo enfocaba los utilizó para ordenar las carpetas negras y verdes en las que traía las respuestas a cada una de las preguntas que le habían formulado. Ordenado, el ex fiscal las tenía rotuladas. A medida que respondía, iba tirando al piso las que ya no iba a utilizar. Ibarra sabía que los planos serían de la cintura para arriba. El acuerdo entre los candidatos de enfocar sólo al que hablaba impidió a los espectadores ver las reacciones de Ibarra y Macri en los momentos en que uno chicaneaba al otro.
---
Ibarra tiene cierta dependencia con su radiomensaje. No importa dónde ni con quién esté, el jefe de Gobierno lo mira a cada rato y ayer no fue la excepción: en el segundo corte del debate, no pudo con su genio y se fijó si tenía algún mensaje.
---
Uno de los que más trabajo tuvo durante el debate fue el asistente que marcaba a Ibarra y Macri el tiempo que les quedaba para dar sus respuestas. Parado detrás de la cámara que enfocaba a los candidatos, el hombre se pasó toda la noche mostrándoles los carteles que indicaban 30 segundos, 20 segundos y 10 segundos. Aun así, el moderador Damián Loreti tuvo que advertirles –y no ya en el tono académico y monocorde con que hacía las preguntas– que el tiempo se les había terminado. “Las reglas las fijaron ustedes, respétenlas”, se enojó incluso el conductor en un momento en que Macri trató de retrucar a Ibarra.