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Por R. K.

Varios de los familiares de las víctimas agrupados en Memoria Activa lloraron ayer con la noticia del apartamiento del juez Galeano. Las lágrimas, amargas, tenían que ver con que fueron los impulsores del cuestionamiento al magistrado y consideran que desde hace años luchan casi solos para demostrar las irregularidades cometidas y la falta de voluntad para investigar el caso. “El texto del fallo demuestra que teníamos razón”, señalaban. Pablo Jacoby es el abogado de Memoria Activa, función que compartía con Alberto Zuppi antes de que éste decidiera radicarse en el exterior. Jacoby, en nombre de los familiares, presentó la recusación.
–Lo decidimos después de los testimonios de los funcionarios de la SIDE –explica Jacoby–. Esos agentes de Inteligencia y ex jefes de la SIDE reconocieron que se le pagó a Telleldín. Y entonces quedaba en claro que Galeano ya no podía ser un juez imparcial. Al haberse hecho el pago en forma clandestina, oculta, sin dejar rastro en el expediente, ya quedaba muy acusado e iba a utilizar la investigación para defenderse. Ya no podía ser equidistante.
–¿Qué significa eso?
–Que si en la investigación se le abrían dos caminos, él hubiera elegido no el de la búsqueda de la verdad, si no el que lo salvaría de las acusaciones. Entonces, después de nueve años no queremos que se pierdan más pruebas. Y yo creo que además hay tanta desconfianza hacia él que nadie le va a aportar elementos.
–Muchos dicen que no sólo queda investigar la conexión internacional sino también la nacional.
–Absolutamente. Del juicio oral no han surgido pruebas nítidas contra los policías bonaerenses, pero la verdad es que la conexión local podrían ser otros policías, o los admiradores de tal jeque o grupos nazis. No lo sé. El testigo C sostiene que todo se hizo con personal de la embajada de Irán. Tal vez sea así, pero también es probable que haya personas que les hayan dado casas seguras, un lugar donde armar la camioneta. Queremos que se investigue al sospechado Alberto Kanoore Edul como corresponde, un par de llamadas sin explicación de Munir Menem y lo que haya que investigar. Nosotros sostenemos que no se puede creer mucho en lo hecho hasta ahora, entre otras cosas porque los interrogatorios fueron muy deficientes y se tomaron decisiones con años de atraso: a Moshen Rabbani, el agregado cultural iraní, le pidieron la captura en 2003, cuando dos semanas después del atentado ya había elementos en su contra.
–El fallo de la Cámara aparta a Galeano, pero no se pronuncia sobre las irregularidades.
–Es cierto, porque esas irregularidades las está investigando el juez Bonadío y hubiera sido un prejuzgamiento. Pero de hecho apartan a Galeano porque le pagó en forma clandestina a Telleldín, porque ocultó partes del expediente, porque benefició a unas querellas y perjudicó a otras, porque arregló con la abogada de la DAIA que vaya a una entrevista con micrófonos ocultos. El fallo habla mucho de las irregularidades. La Cámara se sintió engañada por Galeano, que siempre negó el pago a Telleldín y el juez también engañó a su par Gabriel Cavallo, ante quien también dijo que no se le pagó a Telleldín.
–¿Usted considera que Galeano debe ser destituido?
–El Consejo de la Magistratura hará lo que tiene que hacer y el juez Galeano también. Yo no hago leña del árbol caído. Lo único que espero es que haya un juez que tome la causa y que el caso AMIA no sea una especie de variable de ajuste de la lucha por el poder. Así lo fue en la pelea Menem-Duhalde. Espero también que la nueva dirigencia de la comunidad judía no cometa los mismos errores de interferir, en lugar de apoyar y controlar. Y lo mismo digo respecto del Gobierno: que apoye sin interferir. Acá hay que averiguar la verdad y si los implicados son amigos del poder, qué se le va a hacer. Deberán ir presos como corresponde.