EL PAíS
“Es parar para pensar”
–¿Cuál es el sentido del Instituto Hanna Arendt en su vida política?– le preguntó Página/12 a Elisa Carrió.
–Es parar para pensar. Quizás uno de los grandes males de este país es la acción sin reflexión, en un momento en que se dice, por ejemplo, que hay que sancionar en un día cualquier cosa. Y yo venía pensando en trabajar en un espacio de comunicación, de juego, de construcción política desde otro lugar. No desde los códigos de la especulación permanente. Hoy la política es asfixiante y mediocre y la intención es tratar de salir de eso.
–¿Cuál es el objetivo general del Instituto?
–Que se convierta en un lugar de encuentro entre disciplinas distintas y entre prácticas distintas, para pensar un momento de crisis de civilización, de crisis de identidad y de construcción de una Argentina distinta. Por eso no va a haber sólo seminarios de formación, sino también de debate y reflexión. En general, los que vienen de los sectores intelectuales son espectadores. Esto les plantea el desafío de una acción concreta, una comunicación que sale de la academia para pasar a la reflexionar junto con los que actúan. La idea es crear un espacio abierto, de modo tal que la persona que vaya pueda ser formada para la política o para su actividad profesional o económica. La formación es de mirada del mundo, desde una base humanista.
–¿Cuál va a ser la relación con el ARI?
–Decidimos que el Instituto tenga una vida propia, independiente del partido, para no enterrarlo en los parámetros de la política. De todos modos yo soy presidente del partido y del instituto, lo que habla de una relación evidente. Pero la independencia posterior es importante para que haya una permanencia.