EL PAíS
Un concurso muy familiero
Por Martín Granovsky
A Olga Beatriz Ojeda, una empleada con más de 40 años de trabajo, los Ciccone sólo le reconocieron que le pagarían 9 mil pesos. Sin duda fueron mucho más generosos con la familia. La familia Ciccone, no Ojeda.
Para juntar votos en la asamblea de concursados, los Ciccone fueron eficientes: empezaron por poner en el concurso a los propios dueños de la empresa, a los principales ejecutivos y a sus familiares directos. Así, parte de los acreedores eran los que habían participado de la crisis de la empresa. Y, sobre todo, esos acreedores formarían una masa importante de votantes en cualquier asamblea. Esa masa, obviamente, aprobaría cualquier propuesta formulada por la empresa Ciccone. Es decir, por los Ciccone. Los deudores. Y los acreedores.
Esta es la lista del grupo de familia:
- Sólo los hermanos Ciccone, Héctor y Nicolás, y la hija de uno de ellos, Silvia, suman 500 mil pesos de la deuda.
- Pablo Amato es uno de los yernos. Marido de Betina Ciccone. Le deben 58 mil pesos. Se los reconocieron.
- Roberto Molina, director de Ciccone, era acreedor en 58 mil pesos. También se los reconocieron.
- En la misma situación está Olga Beatriz Ciccone, esposa de Nicolás, con 51 mil pesos.
- Ana María Ciccone, hija de Nicolás, tenía 51 mil pesos de acreencia. Están reconocidos.
- Graciela Cristina Ciccone, hija de Héctor, está con 51 mil de acreencia. Aceptados.
- Olga García de Ciccone, esposa de otro hermano, tiene la misma situación con 49 mil pesos.
- Gustavo Daniel Reyes es el gerente financiero a quien le fueron reconocidos 21 mil pesos. En el video que está en poder de la Justicia aparece en un presunto intento de compra de votos a los hermanos Crespo y mencionando a Pablo Amato y Mario Verdún.
- Mario Verdún tiene 30 mil pesos reconocidos.
- Silvia Ciccone tiene 100 mil pesos.
- Gustavo Blanco, sobrino de Olga García de Ciccone, figura con 18 mil pesos de acreencia.
- También está en la lista del concurso Lorena Ciccone de Reinwich, un apellido que aparece vinculado a la Suizo Argentina y a un banco con mal final, además de a una empresa de camas solares. Le reconocieron los 8200 pesos que reclamaba.