EL PAíS › OPINION
Un bloque de poder
Por ruben dri*
El documento de la Iglesia no es un documento exaltado. Es un documento clásico, en el que sabe decir las cosas entre líneas, pero diciéndolas. Retoma una forma de decir que no es la de Héctor Aguer, no es la de Antonio Baseotto, ni la de Carmelo Giaquinta, que se exaltan y rompen toda una política. Pero el espíritu es muy claro: le dicen al Estado, “aquí estamos nosotros y tenemos poder”. Eso es muy de Bergoglio, que es un hombre de poder, de muñeca política, que ha hecho carrera y aspira a mucho más. Este documento expresa el poder de la Iglesia y por eso no puede ser exaltado sino medido. Le dice al Gobierno: “la Iglesia está firme, que no piense que hay fisuras, y que la Iglesia va a hablar cuando tiene que hablar”. Por lo tanto, dice: “Ojo con las medidas que usted quiere poner”. Al mismo tiempo, el documento deja en claro que los obispos no tienen ninguna intención de autocríticas. De fundamentar qué fue lo que motivó aquello que ellos llaman “guerrilla”, que fue la lucha armada. Pero además no quieren fundamentarlo porque no sólo apoyaron el terrorismo de Estado, sino que le dieron fundamentación teológica. El objetivo fundamental de la dictadura militar fue destruir el sujeto popular, destruir a las organizaciones populares. Y el pretexto, una “guerrilla” que ya estaba derrotada cuando se implementó el genocidio de Estado. Se usó a la “guerrilla” para legitimar el terrorismo de Estado y para presentarlo como una violencia que respondía a una violencia anterior. Y la Iglesia dijo muchas cosas, sin hacer una autocrítica.
* Teólogo y filósofo.