Las venganzas políticas en juego, la hipótesis del golpe institucional y el lugar ocupado por los familiares de las víctimas de Cromañón para definir la destitución del jefe de Gobierno porteño se volvieron materia de análisis de los dirigentes y funcionarios del orden nacional y del interior del país que salieron a apoyar a Aníbal Ibarra. Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires, Luis Juez desde Córdoba y Nilda Garré fueron algunas de las voces que se pronunciaron con distintos tonos sobre la legitimidad de la destitución política.

Felipe Solá se despegó de la lógica del “golpe institucional”, que sostuvo el ibarrismo desde el comienzo del juicio, pero presentó a Aníbal Ibarra como el “chivo expiatorio” de quienes impulsaron el proceso. “Yo dije que a mí me parecía que el juicio era la búsqueda de un chivo expiatorio, y bueno: hay un chivo expiatorio”, explicó.

Solá incorporó el caso Ibarra a su agenda. Luego de un acto habló del ahora ex mandatario: el juicio “no es un golpe –dijo–, pero sí creo que es injusto”. La decisión, sostuvo, no fue “un golpe de Estado como se ha dicho, es la forma que tiene el sistema político que tenemos de sacar a una persona sin necesidad de un golpe”. Solá le adjudicó roles distintos a oposición y familiares. “Es posible que sea un bálsamo para los familiares –dijo–, sobre eso no voy a opinar porque el dolor de ellos merece el máximo respeto.”

Luis Juez se tomó la “desgracia” de Ibarra como propia y se incluyó entre los detractores de la remoción. Según Juez, Ibarra “contribuyó a toda esta cuestión porque le faltó humanidad”. Pero, aclaró, “merecería ser destituido si la Justicia entiende que él no obró con la responsabilidad que le correspondía como jefe de Gobierno”. El intendente criticó a la líder del ARI, Elisa Carrió. “Salió a decir que está feliz y emocionada” y eso “está mal”.

Nilda Garré habló del caso como una “venganza política” y “una maniobra hecha por sectores de la oposición”. La ministra sostuvo que “el juicio político, que es constitucional y legítimo, no debe ser usado para manipular decisiones que están decididas más desde la venganza política y desde una maniobra política que desde buscar un verdadero remedio a la situación que puede tener la ciudad”.