Lo que después de la destitución de Aníbal Ibarra decían cerca de Mauricio Macri en voz baja, ayer Elisa Carrió lo tomó como argumento propio. “Que la mayoría del arco político haya coincidido en la votación destroza la tesis del golpe institucional. Si esto es un golpe institucional, entonces no hay instituciones”, opinó la diputada y líder del ARI. Luego de haberse mantenido en silencio a lo largo del juicio político, Carrió fue la dirigente nacional que más se expresó una vez que la Sala Juzgadora firmó la sentencia. “Cualquier jefe de Gobierno de cualquier partido ahora sabe que tiene que ser responsable”, sostuvo.

La líder del ARI, muy entusiasmada con el resultado del juicio político, aventuró ayer que “aquí nace una nueva clase política que vota según su conciencia”. Además, incluyó a Dios en el hecho político, ya que señaló que este estuvo presente en el recinto de la Legislatura porteña durante la votación de la destitución de Ibarra.

Su defensa del proceso contra el ahora ex jefe de Gobierno no estuvo exenta de cierta crítica a la opinión pública porteña, que en las encuestas de opinión suele manifestarse en contra del juicio. “Hoy todavía hay una confusión enorme. Dentro de dos o tres semana esto se valorará enormemente y se advertirá sobre el paso histórico que hemos dado”, pronosticó la diputada y titular del ARI. En esa dirección, indicó que mucha gente había hablado y tomado una activa posición en el caso a favor de Ibarra “sin conocer las pruebas” ni demás elementos que se habían ventilado durante el juicio.

Además, descartó el análisis de la forma en la que actuó su partido en el caso y que lo haya ubicado muy cerca de la fuerza de Macri: “Lo importante no es no quedar pegado a Macri, sino no quedar pegado al delito y la corrupción”. Algo similar sostuvo sobre las encuestas. “Lo importante no es ir en contra de la opinión pública, sino no ir a favor de la impunidad”, remarcó.

Uno de los argumentos que ayer repitió Carrió para remarcar las bondades del juicio político fue la rapidez con la que se llegó a término. “En un país donde pasan años sin imputados, el que haya responsables penales y responsables políticos en la Legislatura, y que se vaya a un juicio oral, es un avance muy importante”, subrayó. Carrió habló ayer en Radio América y en el programa A Dos Voces.

A propósito de esta rapidez, realizó una arriesgada comparación con la lucha llevada adelante por los organismos de derechos humanos por la represión realizada por la dictadura. “Es muy importante que no tengamos padres dando vueltas otros 30 años en la Plaza de Mayo. Que reaccionemos como sociedad me pone contenta.” Carrió fue muy elogiosa con los familiares de las víctimas de Cromañón y con una de sus caras visibles, el padre y abogado José Iglesias.

Luego de su encendida defensa del trámite legislativo que terminó con la destitución de Ibarra, Carrió recordó la tragedia de República Cromañón y reparó en que “nadie les va a devolver la vida a esos 194 adolescentes”. Esto no le impidió asegurar que “estaba feliz y emocionada” por la separación del jefe de Gobierno porteño.

Por cierto que en defensa propia y la de sus legisladores, Carrió aseguró que los suyos votaron “como demandaba su conciencia”. Aventuró incluso que el hecho era “un caso paradigmático” y no se privó de pronosticar que será una enseñanza para muchos dirigentes políticos que están al frente de la gestión pública.