Después de revocar el arresto domiciliario de Etchecolatz, el tribunal escuchó a cuatro sobrevivientes de los centros clandestinos de detención que funcionaron bajo la mano del comisario. La ronda de testigos comenzó con Adolfo Manuel Paz, quien relató su cautiverio junto a los delegados de la fábrica Mercedes-Benz, un caso por el cual tuvo que declarar ante la Justicia, en el 2004, el actual diputado Carlos Ruckauf, entonces ministro de Trabajo del gobierno de Italo Luder.

Los cuatro ex detenidos fueron citados en el marco del caso de la sobreviviente Nilda Eloy, ya que coincidieron con ella en su cautiverio. Paz, quien fue secuestrado el 31 de diciembre de 1976, estuvo con Nilda en el campo de concentración El Infierno, que funcionó en la Brigada de Investigaciones de Lanús. El testigo narró las terribles condiciones de detención que se sufrían en ese lugar, de donde fue trasladado a otro centro del circuito Camps y luego liberado.

Horacio Matoso, compañero de cautiverio de Nilda en tres centros, declaró en segundo lugar. Secuestrado en octubre de 1976 y torturado con corriente eléctrica, golpes y simulacros de fusilamiento, recordó que encontró a Nilda en su segundo destino –un sitio que ni él ni ella consiguieron identificar–. Matoso recordó que allí había, entre los prisioneros, un muchacho peruano, apodado Piura, a quien los represores torturaron porque ese día la Selección Argentina de fútbol había perdido un partido frente a Perú.

Los últimos dos testigos de la jornada fueron Oscar Solís y Eduardo Castellanos, quienes también vieron a Nilda en la Brigada de Lanús. “Ahí la escuché, ella era la única chica”, rememoró Solís. Detenido junto a su hermano, él fue liberado tras una semana, el 23 de diciembre de 1976. “Nos tiraron encapuchados en un arroyo de Monte Chingolo –indicó–. Nos hicieron contar hasta cien, creíamos que nos iban a matar.”

Nilda, quien tenía 19 años en el momento de su secuestro, integra una de las tres querellas del juicio oral. En el proceso intervienen la Asociación Permanente por los Derechos Humanos de La Plata; Maria Isabel Mariani y Genoveva Teruggi (representadas por Ramos Padilla) y Nilda Eloy junto a la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. La Asociación armó un equipo con abogados de siete organismos de derechos humanos, de manera de trabajar unificada la acusación.