En diciembre de 1998, en el Hospital San Martín de la ciudad de La Plata, los médicos le provocaron un aborto a una nena de 10 años, discapacitada mental, que había quedado embarazada como resultado de una violación. En ese caso, la autorización fue extendida por el juez de menores de La Plata Julio Bardi, quien aplicó los dos incisos que tiene el artículo 86 del Código Penal, tanto el que autoriza el aborto en los casos de violaciones a mujeres discapacitadas como el que autoriza el aborto terapéutico, cuando corre peligro la vida de la madre.

El caso provocó también un gran revuelo y muchas voces se alzaron en contra de la intervención de los médicos. De todos modos, al conceder el pedido, el juez Bardi tuvo en cuenta la opinión de seis peritos que consideraron que continuar con el embarazo ponía en serio riesgo la vida de la pequeña. La niña era huérfana de padre y madre y vivía con una familiar en la localidad bonaerense de Magdalena. La menor, cuyo padrastro la obligaba a mendigar, había sido violada por dos adultos. La intervención quirúrgica que se realizó en el Hospital San Martín fue exitosa y la pequeña se recuperó luego de una breve internación.