Martes, 8 de agosto de 2006 | Hoy
EL PAíS › ANIBAL IBARRA ANTE EL FALLO
Por Santiago Rodríguez
Aníbal Ibarra enfatizó ayer que su sobreseimiento en la causa por la tragedia de República Cromañón confirma que su destitución “sólo respondió a los intereses de los legisladores y de ciertos sectores políticos”. Al ex jefe de Gobierno no lo sorprendió su desvinculación del caso –del que se enteró cuando un oficial de Justicia le tocó el timbre en su casa para notificarlo–, sino el momento en que la jueza María Angélica Crotto tomó esa decisión. “Podría haberlo dilatado y actuó sin mirar su conveniencia”, sostuvo Ibarra, quien reveló que Jorge Telerman “me llamó y dijo que estaba muy contento con el fallo” y cuestionó la reacción de los familiares de las víctimas del incendio del boliche de Once.
–¿Qué significado tiene para usted el fallo de la jueza Crotto?
–Me brinda tranquilidad y pone racionalidad en todo un proceso en el que pocas veces la hubo. El fallo está en consonancia con el sobreseimiento en Cámara de quien era entonces ministro de Justicia y Seguridad, Juan Carlos López, y con todos los antecedentes argentinos e internacionales. Nunca por un accidente en un lugar privado se responsabiliza judicialmente al gobernante del lugar.
–O sea que, según su óptica, va en contra de los argumentos que dieron los legisladores para destituirlo.
–Esto confirma que el juicio político sólo respondió a los intereses de los legisladores y de ciertos sectores políticos. Un juicio político se basa en la opinión política de toda una sociedad o en la Justicia y aquí no hubo ninguna de las dos cosas. Se jugó con las instituciones.
–Los legisladores ya salieron a aclarar que en un juicio político se tienen en cuenta otros aspectos diferentes a los de la Justicia...
–Exactamente: tuvieron en cuenta su valoración que confronta con la de toda la sociedad y la Justicia. Deberían tener espíritu autocrítico, igual que Mauricio Macri y Elisa Carrió, porque los legisladores respondieron en su mayoría a ellos y hubo toda una conspiración en la que se arregló mi destitución, de la cual después conocí muchos detalles. Cada uno carga con su mochila y la sociedad dará después su opinión.
–¿Quiénes más formaron parte de esa conspiración?
–Hubo muchos y algunos ocultos, pero ésa es una historia para hablar en otro momento.
–¿Esta resolución lo beneficia en su planteo ante el Tribunal Superior de Justicia porteño en contra de su destitución?
–El recurso está planteado por las gravísimas irregularidades en las formas. Esto agrega elementos en cuanto a la falta de contenido.
–¿En qué medida influye el fallo en su futuro político?
–No lo sé y es lo que menos me importa. No lo mido con ánimo de revancha ni de rencor porque el proceso fue muy doloroso y seguirá siéndolo. Voy a tratar de seguir aportando a la política de la ciudad y el futuro, como el de todo dirigente político, lo decidirá la sociedad.
–¿Qué opina de la reacción de las familiares de Cromañón?
–Este proceso estuvo signado por amenazas a legisladores, camaristas, a la propia jueza, a mis hijos; hubo agresiones a Estela Carlotto y el viernes pasado, incluso, agredieron a Raúl Fernández. Hubo como una actitud de tolerancia frente a esos hechos, pero debe haber límites, porque no se puede hacer cualquier cosa en nombre del dolor. Por detrás hay sectores de la política incentivado estas cosas.
–¿Lo llamó alguien tras la difusión de su sobreseimiento?
–Muchísima gente de la política y hubo muchos que en la calle me mostraron su solidaridad.
–¿Alberto Fernández, por ejemplo, lo llamó?
–No voy a andar diciendo quiénes me llamaron.
–¿Es cierto que lo llamó Jorge Telerman?
–Sí. Telerman me llamó y dijo que estaba muy contento con el fallo.
–¿A usted lo sorprendió el fallo?
–No me sorprendió el sobreseimiento, pero sí la decisión de la jueza, porque podría haberlo dilatado y actuó sin mirar su conveniencia.
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