Benito Roggio Transportes (BRT) comunicó ayer a la Bolsa de Comercio su decisión de realizar una Oferta Pública de Acciones (OPA) sobre la porción de capital de Metrovías que aún no está en su poder. De concretarse esta operación –algo que por condiciones de mercado es muy factible–, la constructora cordobesa se alzaría con el 25 por ciento restante del capital de la privatizada que opera los subtes porteños y el Ferrocarril Urquiza y que hoy está en manos del mercado.

La decisión ya tuvo su impacto financiero positivo sobre la Bolsa en general y sobre los propios títulos accionarios de la empresa privatizada, que ayer treparon de 2,23 pesos por unidad a 2,90 pesos. Como se trata de un servicio regulado y lo que está en juego es un paquete que no permite tener el control de la compañía, difícilmente haya otro interesado que bloquee la operación.

La intención de Roggio de quedarse con todo da la pauta de que la operación de Metrovías no es un mal un negocio, a pesar de que el valor de los cospeles está estable. Según el balance, la firma tuvo en el ejercicio cerrado en marzo de este año una pérdida de 4,64 millones de pesos, contra los 3,58 millones del año anterior. Pero por las características de esta licitación, no es un quebranto que vaya a recaer sobre los bolsillos privados.

Es el Estado el que cubre ese déficit operativo con el subsidio, que también alcanzará los ajustes salariales a definir en las próximas horas. Hacia fin del año pasado, el Estado les asignó 30,7 millones de pesos en compensación por los mayores costos en que incurrió la empresa desde la devaluación, incluyendo otros ocho millones por intereses sobre esa suma. A ese retroactivo, añadió un refuerzo del subsidio regular, que lo llevó a los 14,9 millones de pesos que cobra mensualmente hoy.