Su propia página web confirma que –igual que su ahora archienemigo Luis Juez– cursó sus estudios secundarios en el Liceo Militar General Paz, donde ingresó a los once años y egresó con medalla de oro al mejor promedio de su promoción (1961 a 1965). Juan Schiaretti, el candidato de alianza oficialista de Unión por Córdoba y el Frente para la Victoria, nació hace 58 años en barrio Talleres, una populosa barriada cordobesa en la que vivían centenares de trabajadores ferroviarios como su padre. Está casado con la legisladora provincial Alejandra María Vigo y tiene dos hijos. Egresó de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, con el título de contador público y dividió su vida pública entre la militancia política en el peronismo

que lo llevó a ocupar múltiples cargos como funcionario y como consultor económico de grandes compañías. Es el actual vicegobernador de Córdoba, también fue ministro de Producción y Finanzas de Juan Manuel De la Sota y ocupó una banca de diputado nacional durante dos períodos (2001/2002 y en 1993/1997). Fue secretario de Industria y Comercio (1991 al 1993) del presidente Carlos Menem y subsecretario de Integración Latinoamericana, cuando Domingo Cavallo todavía era el canciller del riojano. Menem también lo nombró interventor federal de la provincia de Santiago del Estero, que todavía carga como una pesada mochila de críticas y cuestionamientos.

Pero el ahora candidato –que a media hora de cerrado el comicio insistía que ya era el nuevo gobernador de Córdoba– prefiere hablar de otras épocas. Le dijo a los periodistas que “con (Néstor) Kirchner compartimos muchas cosas, como nuestra militancia en el peronismo revolucionario” de los ‘70. Schiaretti formó parte del equipo de colaboradores del ex gobernador Ricardo Obregón Cano, cuando la combativa fórmula del Frejuli cordobés se impuso en las elecciones de 1973. Cuando Isabel Perón intervino la provincia y a la Triple A acribilló al vicegobernador Atilio López, se mudó a Neuquén y con la llegada de la dictadura se fue del país. En su exilio brasileño se conectó con grandes compañías para las que trabajó como asesor económico.

A su regreso a Córdoba primero se opuso a De la Sota. De la mano de Cavallo lo enfrentó en 1991, luego fue su funcionario, su vice y su delfín para sucederlo en la gobernación. En estos últimos días repitió lo que sus asesores ya se habían encargo de difundir: Para Schiaretti “la propuesta política de Cristina (Kirchner) es música para sus oídos” y dijo que haría campaña para que llegara a la presidencia. También dio muestras de alineamiento a la hora de votar: “Sería un triunfo de todo el equipo de Unión por Córdoba y de la política del Presidente”, les dijo a los periodistas cuando lo consultaron a qué se debía su posible victoria.