El primer mandatario que abrió la sesión de la 62ª Asamblea General de las Naciones Unidas fue un brasileño. Después de que hablara el secretario general de ONU, Ban Kimoon, Luiz Inácio Lula da Silva señaló responsables a la hora de hablar del cambo climático y acuerdos comerciales. Más tarde, siguió el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que alertó sobre la posibilidad de una guerra si Irán persiste en poseer un presunto armamento nuclear. En cambio, el líder nicaragüense, Daniel Ortega, defendió el derecho del país persa y Corea del Norte a tener armas atómicas. Por su parte, la mandataria de Alemania, Angela Merkel, pidió por la presencia de su país en el Consejo de Seguridad de la ONU. Los países centroamericanos optaron por centrar su discurso en el problema migratorio. Estas fueron sus declaraciones más destacadas:

- Lula da Silva: “Estamos convencidos de que el cambio climático y la Ronda de Doha todavía dependen de algunos factores, y uno de ellos es la voluntad de un país importante como Estados Unidos”.

- Nicolas Sarkozy: “Si permitimos a Irán adquirir armas nucleares, incurriríamos en un riesgo inaceptable para la estabilidad en la región y el mundo. La debilidad y la renuncia no conducen a la paz, conducen a la guerra”.

- Daniel Ortega: “Voy a cambiar el discurso cuando cambie el mundo, cuando no existan armas atómicas no hablaré de armas atómicas. Cuando no existan guerras, no voy a hablar de guerras. Cuando no exista hambre y pobreza en el mundo, no voy a hablar de ellos”.

- Michelle Bachelet: “Chile desea promover con fuerza el respeto universal de los derechos humanos y un orden internacional más justo y más humano sólo será posible si en el centro del debate se pone el respeto a la dignidad de la persona, independientemente de su religión, raza, género o condición social”.

- Angela Merkel: “Alemania está dispuesta a asumir más responsabilidad. Hay que hacer algo ahora”.

- Nicanor Duarte Frutos: “Las Naciones Unidas servirá cuando los países poderosos dejen de aprovecharse de los países más débiles o cuando éstos se unan para cambiar el desorden mundial”.

- Manuel Zelaya: “La emigración no es, no ha sido ni debe ser considerada nunca como un delito o una amenaza, sino como un derecho humano. La emigración no debe ser incluida ni pertenece a la agenda de seguridad de los países”.