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Hace tres años que recorre el país participando en charlas sobre medicina comunitaria en Café Cultura Nación. Donato Spaccavento es médico, y fue ministro de Salud y Desarrollo Social en Santiago del Estero y en la Ciudad de Buenos Aires. Recientemente, fue restituido como director del Hospital Argerich. Unos días antes, charló con los vecinos de la comuna 15. Arrancó con un diagnóstico: “El sistema de salud no funciona como tal. Son sectores y trabajadores de la salud organizados sin un plan estratégico. En la Ciudad hay una simulación de la atención primaria. En realidad, debería haber una estrategia de trabajo donde se intente, a través de la participación comunitaria, planificar acciones de promoción y prevención. En el país, en general, lo que existe es atención precaria de la enfermedad. La salud no se construye con ladrillos, se construye con derechos, con ciudadanía, con educación”.

Spaccavento denunció la reciente sanción de la ley porteña 2808, que establece el paso a manos privadas de la gestión administrativa, la facturación y el cobro a los pacientes con obra social y prepaga: “El verdadero resultado de la privatización de la facturación es que el hospital, poco a poco, va cambiando de ser público a semiprivado. Esto ya pasó en la Argentina y dio pésimos resultados”.

“Como producto de la descentralización de los hospitales, el Estado no existe en salud”, aseguró el médico y agregó: “Si el Estado no recupera en salud y no apuesta a un proyecto participativo, esto se profundizará. Sería bueno que se regionalice el país en hospitales públicos de alta complejidad”.

“Mientras la gente padece en los hospitales, los médicos también, porque nos angustiamos cuando los pacientes se mueren por causas por las que no deberían morirse. A partir de la participación y de la organización social, tenemos que hacer entender que, más allá del sector social al que se pertenece, el hospital público es la única garantía real de atención de la enfermedad”, concluyó el sanitarista.