ESPECTáCULOS › EMPIEZA “HOMBRES DE HONOR”
Cómo se construye la novela de época
Después del boom de Padre Coraje, el 13 vuelve a apostar con Hombres de honor.
Por Julián Gorodischer
Hay un pequeño manual de la tira de época que dicta: trasládese a las afueras. Y así desde Padre Coraje a Hombres de honor (que se estrena el miércoles a las 22, por Canal 13) deciden cruzar la General Paz para idear una Argentina imaginaria, en busca de casas bajas, calles empedradas, motivos art deco y fondos de jardines para no dar pistas falsas. Siempre habrá explicaciones mundanas para justificar el traslado. “La gente de los barrios se pudrió: en Colegiales y Villa Urquiza ¡nos detestan, nos odian!”, dice Paula Granica, productora encargada de dar con las locaciones para Hombres de honor. Si hubo un tiempo en el que la tele costumbrista se llenaba de casitas de Palermo, plazas, calles tranquilas y señoras paseando perros, el éxodo prevé pueblos y caseríos transformados como San Antonio de Areco (Padre Coraje), Manzanares (El Deseo) y ahora Temperley, para recibir a la Benedetto como mamimaffi y promover círculos de quinceañeras retro –influidas por el gusto de sus madres– en torno de Gabriel Corrado. A la tira de época, en cualquier caso, la define el pastiche.
“La ciudad que contamos es inventada –dice Adriana Slemenson, directora de arte–, y tiene caserones de Belgrano, como un gran rompecabezas de jardines, casas bajas, empedrado y hasta galpones aptos para secuestros, tiroteos y afines.” Ya se cansarán de los camiones de exteriores, los malones de extras, aunque por ahora están encantados con lo que les toca: cada frente de casa antigua tomado al pasar reditúa 500 pesos. “Los de Colegiales –sigue Granica– han mandado cartas, han dicho que no. La huida a las afueras es una necesidad, pero la época, además, reclama otro aspecto, otro decorado. Llega el circo, y la gente se pone contenta.” Si en 2004 la ambientación de la década del ’50 para Padre Coraje tuvo mucho que ver con sus visitas especiales de farándula retro (Evita, Gatica, Perón y el Che joven), lo que viene no continuará ese panteón de clásicos. “No va a haber personajes invitados –adelanta la guionista Marcela Guerty–. Ni magia, ni factor esotérico. Acá el fuerte van a ser las relaciones más complejas entre dos familias mafiosas (los Onoratto y los Paternostra) con un tono más trágico, más telenovelero que bucólico.” Al filo del estereotipo que anuncian los apellidos y el nudo argumental (dos familias enfrentadas de idéntico linaje, ¡el amor entre sus descendientes!), Guerty está empeñada en evadir el lugar común pero sin licencia para la parodia: se inspiró en los mafiosos judíos polacos de la Zwi Migdal y en la biografía de Agatha Galiffi, la mafiosa rosarina más famosa. Y está orgullosa de ingresar en una serie junto a los best sellers de Felipe Pigna.
–¿El marketing del pasado simplifica y deforma?
Marcela Guerty: –Hay ganas de mirar hacia atrás. Pero lo de Felipe Pigna es distinto: es un tipo que cuenta la historia y dan ganas de conocer más. En cambio, las novelas históricas pegan fuerte desde Más allá del horizonte. El riesgo es hacer una detrás de otra, pero el contraste entre las dos décadas (los ’40 de Hombres de honor, los ’50 de Padre Coraje) es fuerte: Perón cambia a la Argentina, se organiza la masa, se colocan las fábricas y los obreros en primer plano. Esta es la previa: el caos, la política basada en la transa y el ascenso rápido, el clima de descontrol generalizado.
¿Ayudan a aprender historia? En todo caso ésta es la vulgata trazada a lo grueso como en la enciclopedia de escuela primaria, o el diccionario Larousse de bolsillo. Un paseíto por los tópicos inconfundibles de un tiempo y un lugar con licencia para fantasías. Aquí, por ejemplo, la década se diluye en una ciudad sin nombre, por una imposibilidad práctica: sólo sobreviven construcciones de ese tiempo en el casco histórico, y allí la producción tuvo acceso vedado. La unidad narrativa en estas sagas de héroes y demonios enfrentados siempre es el cliché, y la estética acompaña. “La premisa es construir un estereotipo formal –cuenta la directora de arte–. Los colores claros son para el clan de la Benedetto (los Onoratto) y la paleta más oscura y fría queda para la familia de Gerardo Romano (los Paternostra).” Buenos versus malos, mujer contra varón, mafiosos honorables (hasta en el apellido) contra mafiosos desprejuiciados con todo para salir perdiendo. El mundito de época es bipolar, en dos tonos, y avanza por oposición.
Para imaginar los estilos, la directora de arte también armó su propia confrontación, esta vez entre familias. “Esta estética de los años ’40 se basa en estilos como el francés y el art deco: rígido y de líneas rectas para los malos. Y un estilo francés con líneas curvas para los buenos.” ¿Reduccionismo? El espectador atento de Padre Coraje sabrá que sus guionistas, entre ellos Marcela Guerty, encuentran un punto ciego que desconcierta promediando la tira. “Acá se logrará tomando contacto con la época y con el tema a través de cosas que leí sobre la mafia en la Argentina: libros como Prostitución y rufianismo, biografías de la Galiffi, diarios de época.” Sin muertos revivientes o pócimas mágicas de Soy gitano, ni la feria de variedades que aportaban los famosos de Padre Coraje, la nueva huida ¿podrá estar dada por el realismo? Alicia Flores, vestuarista, admite que la adaptación es libre. “El aporte de fantasía –dice– varía en relación con la actriz: a la Benedetto le queda bien la línea recta; ella es de los ’40, y por eso ya en Padre Coraje la vestíamos una década adelantada. A Laura Novoa le queda muy bien la onda varonil, y en los ’40 se usaba la ropa de hombre pero no tanto. Gabriel Corrado es bien varonil, nos limitamos a vestirlo atildado pero rudo.” El scouting va en busca de modelitos auténticos, y la vestuarista regala, sobre el final, algunas estrategias para fans del vintage. “Busquen en ferias y mercados de pulgas –dice–. Hay que investigar, saber lo qué se está buscando, conocer de telas y modelos. Si tu onda es de los ’40, una buena corbata, chaleco, tiradores y sobaqueras para las armas.”