ECONOMíA › PARA EL FMI, AUN SIGUE EL DEFAULT
Acuerdo en stand by
Por David Cufré
El Fondo Monetario dejó de pedir la reapertura del canje de deuda, pero eso no quiere decir que haya abandonado su lucha en favor de los acreedores que rechazaron la oferta. A través de uno de sus voceros, el organismo aclaró ayer que todavía no emitió un dictamen oficial sobre el resultado de la reestructuración. Y advirtió que el día que lo haga se basará en una cláusula de su estatuto que le prohíbe otorgar préstamos a países que están en default, a menos que éstos le presenten un plan “sustentable” para solucionar esa situación. El mensaje que envió Washington es que posiblemente el Fondo interpretará que Argentina tiene demasiados compromisos pendientes como para considerar que salió de la cesación de pagos. En consecuencia, no accederá a firmar un nuevo acuerdo.
El FMI utilizó un mecanismo informal para corregir la interpretación generalizada de las palabras de su propio portavoz, Thomas Dawson, quien el último jueves sorprendió con una declaración que parecía muy favorable para el Gobierno. Dijo que el Fondo no solicitaría la reapertura del canje de deuda y que el problema de los acreedores que no adhirieron a la operación debía ser resuelto por ellos mismos y por las autoridades argentinas, sin la intervención del organismo.
Con esas palabras, el funcionario fue en dirección opuesta a la línea que habían trazado previamente el staff del FMI y el Tesoro de Estados Unidos. El director gerente, Rodrigo Rato, le había dicho a Roberto Lavagna que Argentina debía arreglar con los acreedores que no entraron al canje si aspiraba a un nuevo stand by. A su vez, el secretario del Tesoro, John Snow, y su segundo, John Taylor, habían manifestado lo mismo públicamente.
Ayer las cosas volvieron a su lugar: el FMI corrigió a Dawson. A través de un vocero que pidió reserva de su identidad, el organismo transmitió un breve comunicado, con lenguaje técnico, que reinstaló el tema del acuerdo con los acreedores díscolos, entre quienes se cuentan los fondos buitre. “Un importante próximo paso para el staff (del FMI) será discutir con las autoridades argentinas una nueva valoración de la sustentabilidad de la deuda”, indicó el vocero. Luego agregó que “la estrategia hacia la deuda no reestructurada se discutirá con más detalle para asegurar que sea coherente con la política de préstamos sobre pagos atrasados”.
La clave del comunicado está en esa última frase. El estatuto del FMI contiene una cláusula llamada lending into arrears, que se aplica a los países que están atrasados en el pago de su deuda. La norma establece que el organismo no puede cerrar un acuerdo con una nación que se encuentre en default. Argentina logró esquivar esa traba cuando pactó el programa anterior, debido a que dijo cómo pensaba superar la cesación de pagos con la propuesta de Dubai.
Fuentes argentinas vinculadas con el FMI dijeron desde Washington a Página/12 que “el Fondo seguramente dirá que la Argentina no salió del default, debido a que los 24.000 millones de dólares de deuda no reestructurados (por los bonistas que rechazaron el canje) más los 6000 millones de compromisos bilaterales (Club de París y con países, todavía no renegociados) equivalen a un 30 por ciento del PIB”. El acuerdo con el Fondo, una vez más, no será una tarea fácil.