ESPECTáCULOS › LA CARPA ITINERANTE CONTINUA EN PARQUE CHACABUCO
En busca del jazz porteño
Hoy y mañana, el ya tradicional encuentro ofrecerá diversas actividades relacionadas con la música, el circo y el teatro. Empezó ayer el ciclo de “Jazz joven”, que irá todos los viernes.
Por Pablo Plotkin
La Carpa Itinerante, en estas semanas estacionada en Parque Chacabuco, pretende consolidar nuevos caminos de llegada al público. Su oferta de espectáculos y actividades para este fin de semana es bien variada. Habrá teatro para chicos, el ya clásico ajedrez gigante, circo callejero, murga, circo, música infantil, ballet folklórico, batucada brasileña y una obra (El nombre, dirigida por Mónica Scandizzo) del ciclo Teatro x la Identidad. Esa diversidad, que apunta a despertar el interés de un público masivo, no desvirtúa la especificidad de determinadas propuestas artísticas.
Patán Vidal inauguró ayer el ciclo de “jazz joven”. Para Rodolfo García, ex baterista de Almendra y Aquelarre y programador de los conciertos, el jazz porteño todavía está buscando su destino. Y si bien por el momento no se puede hablar de una identidad del todo definida del género en la Argentina, se está abandonando –en algunos casos– la costumbre de emular a los modelos anglosajones. “A diferencia del rock nacional, que sí se diferenció de lo que ocurría en el resto del mundo –salvo las excepciones que confirman la regla–, el jazz argentino solía funcionar como una sucursal del sonido del norte. Ahora, en cambio, empieza a haber una intención de mezclarse con el folklore y la música ciudadana. Empieza a ponerse interesante”, observa García.
Por el momento sólo se anunciaron las dos próximas fechas del ciclo. Después del show de ayer del trío de Patán Vidal, la semana que viene será el turno del bajista Marcelo Torres (el Proyecto Marcelo Torres) y el siguiente del guitarrista Ernesto Dimitruk. “En todos los casos –apunta García, que se desempeña en la Dirección de Música de la ciudad–, se trata de exponentes que manejan un espectro bastante amplio dentro del jazz. Siempre fusionando, con aproximaciones al funk, al blues, al folklore.” Para García, es en ese terreno –el de la fusión– donde el jazz de Buenos Aires empieza a delinear conceptos estéticos propios. “Acá el jazz prende desde hace muchos años, pero últimamente hay muchos jóvenes que también encontraron ahí una forma de expresarse muy piola. Gente que pasó de basarse en los standards de afuera a construir una música propia.”