DEPORTES › CON ARGENTINA ELIMINADA...
¿Y ahora por quién hinchamos?
Por Juan José Panno
“Yo se que ahora vendrán caras extrañas / con su limosna de alivio a mi tormento”. Sus ojos se cerraron, de Gardel y Le Pera
Terminado el Mundial para Argentina, lo grave es que el Mundial igual sigue y uno, que además de argentino es futbolero, tiene la maldita necesidad de hacerse hincha de algún cuadro. Sería mucho mejor si uno pudiera sentarse frente al televisor desapasionadamente y disfrutar del espectáculo que se le ofrece con independencia de los colores en cuestión... Pero ya se sabe que eso es imposible. Primero porque si no tenés Direct TV, minga de sentarte a ver los partidos en directo; y segundo, porque por historia, por tradición o por lo que fuera uno sobrelleva una carga muy pesada: la de no poder ser neutral.
Frente al programa de partidos de los octavos de final, entonces, no queda otra que ir juntando razones históricas, afectivas, geográficas, religiosas, emocionales y políticas y hasta futboleras propiamente dichas para ir eligiendo por quién hinchar o, en algunos casos, contra quién hinchar.
Alemania-Paraguay
Este partido ya se habrá jugado cuando este diario llegue a las manos del lector pero eso es lo de menos. La nota se escribió antes y además aquí no se hacen pronósticos y sólo se expresan confusos y contradictorios sentimientos, por lo que no importa mucho cuándo jugaron ni quién ganó. Importa tomar partido y uno optó por Paraguay. Aunque muchos paraguas se hayan alegrado con la eliminación de Argentina, uno los prefiere a los cabeza de queso alemanes, toda la vida. Se dirá que en los festejos por la milagrosa clasificación los paraguayos cantaban “el que no salta es un curepí” (cuero de chancho) recordando a los argentinos, pero no importa. Tenderemos un manto (de cuero de chancho) de piedad. Los paraguayos son de acá, son buenos vecinos, tuvieron a Stroessner, pero también a Roa Bastos y nos dieron a Erico. Tienen al insoportable Chilavert, pero también al Torito Acuña, a Celso Ayala y al pibe Cuevas que es capaz de hacer golazos y no puros goles de cabeza como ese Klose. Los alemanes ni siquiera tienen un Overath, un Beckenbauer, un Breitner, son todos monstruosos atletas como ese Oliver Khan, que parece el portero del bunker de la Gestapo. ¡¡Vamos Paraguay!!
Dinamarca-Inglaterra
Je, je. Dinamarca rima con Catamarca y con Purmamarca y ésta ya es una primera razón para sentirla más cercana que Inglaterra. Otras razones más obvias inclinan las preferencias por los daneses, un sentimiento que va a ser acompañado por muchos compatriotas, seguramente. Ojalá que le hagan cuatro, ojala que Beckam patee otro penal al medio del arco y el arquero gran danés se lo ataje con el hocico, ojalá que desde las tribunas los japoneses les tiren chips hirvientes a los ingleses para que se vuelvan rapidito, ojala que los queridos Jorgenssen, Jensen, Michelsen, Sorensen,Christiansen y Henriksen nos dediquen el triunfo y nos digan “Argentinos, vénguensen. ¡Vamos Olaff el vikingo, todavía!”
Suecia-Senegal
Que me perdonen Ingrid Bergman e Ingmar Bergman, pero entre un negrito africano que se muere de hambre y un sueco que se suicida de aburrido no hay mucho que elegir. Los senegaleses son rápidos y efectivos cuando salen de contraataque y frágiles e ingenuos cuando los presionan un poco, son indolentes e indisciplinados pero caen más simpáticos que los prolijos, ordenados y cuadraditos suecos. Si se sabe que la esperanza de vida en Senegal es de 60 años (80 en Suecia), el analfabetismo del 69 por ciento( 0 en Suecia) como argentino no se puede estar de otro lado que el de los pobres. Ah y como si todo esto no fuera suficiente se recuerda que los que nos dejaron afuera del Mundial fueron precisamente los suecos. ¡Fuerza negritos!
España-Irlanda
Hay una primera razón para ser hincha de España: desear que al técnico Camacho le vaya mejor que a Javier Clemente, que fue el DT del Mundial pasado. De hecho, con Javier Clemente, conservador y ventajero a la manera de Bilardo, los españoles no pasaron de la primera ronda y ahora ya llegaron a los octavos de final. Hay otros motivos para apoyar a los ibéricos: de afinidad, de lengua y hasta de parentesco, pero no es suficiente porque Irlanda es en teoría el más débil, se trata de un país chiquito, de solo 4 millones de habitantes y sería fantástico que al menos llegue más lejos que Inglaterra. Por James Joyce y por Isidoro Blaisten que escribió la maravillosa novela Dublín al sur, Irlanda corazón, Irlanda corazón.
México-Estados Unidos
Aquí no hay nada que discutir. Además de todo lo que se sabe y/o sospecha, los mexicanos juegan muchísimo mejor al fútbol y merecen mejor suerte. Pobrecitos los mexicanos tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos, ojalá que le pinten la cara a sus vecinos con los óleos de Frida Kahlo, con las polenta de Borgetti, las paredes de Arellano y Blanco y los murales de Diego Rivera y Siqueiros. ¡Viva Zapata, Cuahtémoc Blanco, Doña María Félix y el Chapulín Colorado!
Brasil-Bélgica
Los brasileños son peores que nosotros: soberbios cuando ganan y llorones cuando pierden. Todos los diarios, los serios y los pasquines, recurren en estos días a gastados títulos: “No llores por mí, Argentina o “Ultimo tango” o cosas por el estilo. Es como si nosotros dijéramos “Tristeza nao tem fim” cada vez que pierden ellos. Han usado tintas de todos los colores para burlarse de nuestra eliminación, pero la verdad , aunque nos duela es que juegan bien, que fueron los protagonistas del mejor partido del Mundial (el 5 a 2 a Costa Rica) y que son casi los únicos que reivindican el fóbal que le gusta a la gente. Los belgas tienen un buen jugador, Wilmot, pero con ese nombre de remedio difícil que lo hagamos ídolo. Hay que hacerle aguaante a Brasil pero no tanto ahora sino en la hipotética final con Italia. Ahí, sí: Por ahora, apoyo crítico y “muito obrigado”.
Japón-Turquía
Los turcos juegan mejor, los chorearon con Brasil y de todos modos se clasificaron y por eso caen más simpáticos que los japoneses, que juegan como en los dibujitos animados. Pero hay una razón de peso para no estar con Turquía: se puede prestar a confusión, se puede sospechar que al estar con Turquía se está con los turcos y mas precisamente con el turco Menem y ese ya es un motivo de sobra para descartar cualquier clase de apoyo directo o indirecto. Turquía, compadre.
Corea del Sur-Italia
Jueguen contra quien jueguen los ladri italianos, uno va a estar en contra. Reyes del catenaccio, el achacamento y el contrapiede, le harían mucho daño al fútbol si ganan, así que va fangulo con los tanos. A uno le corre por las venas sangre italiana y eso está fenómeno con Sofia Loren, la pizza hecha librito, Miguel Angel y la Piazza Navona, pero con en el fútbol no. En el fútbol uno prefiere a los innombrables Ji Sung Park, Yu Sang-Chul y no a los Cannavaro, Zambrotta, Trapatoni y tutti cuanti. Además, el DT de Corea es Guus Hiddink, el mismo que dirigió a Holanda en el 98, un capo. Vivan los Che Woo Sang, que tienen un presidente corrupto, hermanos de desgracia.