ESPECTáCULOS
La Argentina desde allá
–¿Cómo ve a la Argentina en este nuevo regreso?
–Sigo todo lo que pasa en el país con gran atención. Leo los diarios por Internet y recibo noticias de mis informantes: una hermana, un hermano y amigos. Durante el tiempo que trabajé en Italia y España pude ver que había optimismo respecto de la Argentina. También en Francia. Pero son miradas hechas desde afuera. Para el que vive aquí es diferente. Quizás el ánimo mejore si se pagan los sueldos que corresponden y funcionan bien las escuelas y los hospitales. Los gobernantes debieran tener un discurso realista. Mi impresión es que la gente no está dispuesta a aceptar discursos demagógicos, con Marcha o sin Marcha Peronista. Cuando esos políticos demagógicos salen a la luz, uno siente muy profundamente el deterioro del país. El combate político carece de nivel: se parece a una guerra de caudillos. Y peor todavía porque se da dentro de un partido único que es una verdadera caja de Pandora. La pobreza es calamitosa y no parece haber cambios. Desde Francia todo se reduce, porque el pensamiento de la gente común es reductor: todavía hay quienes se sorprenden de que haya miseria en un país que siguen imaginando rico.