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“La misión que tiene la educación es abrir cabezas,
descolonizar y permitir la soberanía intelectual de un país.”
(CFK, 25/09/15)

Pocos meses atrás, nuestro país vivió una jornada histórica al lanzarse con éxito el segundo satélite geoestacionario desarrollado en el país en menos de un año, el Arsat-2. De 194 países en el mundo, sólo ocho (o diez, varía según la fuente) desarrollan sus propios satélites. La Argentina forma parte de ese selecto grupo y, además, tiene la particularidad de integrar la tecnología satelital en la educación obligatoria.

En un mundo cada vez más digital y menos analógico, el Ministerio de Educación de la Nación creó en febrero último el Plan Nacional de Inclusión Digital Educativa (Pnide), una política estratégica que entiende que en la actualidad el acceso, la búsqueda y el intercambio de información están atravesados por las tecnologías y que, por ello, para construir conocimiento en el siglo XXI es imprescindible educar con TIC.

El Pnide genera propuestas de enseñanza que buscan intensificar los usos pedagógicos de las netbooks de Conectar Igualdad y Primaria Digital en las aulas argentinas. Para eso, el plan ya llevó adelante más de 1600 encuentros de formación docente –en servicio– de manera gratuita y en territorio, a educadores de escuelas primarias y secundarias de gestión estatal en todo el país.

Una de las propuestas pedagógicas elaboradas por el equipo de Formación Docente e Integración de TIC del Pnide, en articulación con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), se titula “Estudio de casos”. La misma promueve la enseñanza de ciencias sociales a través del estudio y análisis de imágenes satelitales mediante el software 2mp, presente y/o descargable para cualquier PC, notebook o netbook. La propuesta de enseñanza concibe al espacio como una construcción socio-histórica que involucra lo social, lo ambiental, lo cultural, lo político y lo económico como dimensiones interdependientes. Es por ello que apunta a la contextualización, la comprensión e interpretación de la información, el abordaje de distintas dimensiones de análisis, la identificación de diferentes actores, la multicausalidad y la diversidad de perspectivas, trabajando desde un enfoque explicativo, por sobre el descriptivo.

Las temáticas abordadas son diversas: pesca; centrales hidroeléctricas; hidrocarburos; glaciares; cuerpos de agua; volcanes; usos del suelo; inundaciones; humedales; rompimiento de barreras de hielo; salares y Malvinas: protección de recursos naturales estratégicos. Así, los alumnos de distintos sectores del país pueden abordar cuestiones que no les son ajenas, sino que atraviesan su cotidianidad.

Esta propuesta pedagógica elaborada por el Pnide forma parte de una amplia gama de iniciativas y articulaciones entre distintos actores del Estado, que desde hace años estimulan y robustecen al sector aeroespacial en nuestro país. De esta manera, la propuesta de enseñanza “Estudio de casos” se articula con las más de 5 millones de netbooks distribuidas por Conectar Igualdad y ayuda, también, a promover vocaciones científico-tecnológicas entre los jóvenes. A su vez, da lugar a esa promoción a través de la creación de la tecnicatura espacial en la UNLP; ingeniería espacial en la Unsam (la única en latinoamérica); de carreras de ingeniería en telecomunicaciones en 5 instituciones públicas (Unsam, Balseiro, UNRN, UNCU e IUA); y en la multiplicación del número de investigadores (el doble) y becarios (el cuádruple) en el sistema científico-tecnológico nacional del 2003 a la fecha. Este círculo virtuoso se potencia con los desarrollos satelitales (Arsat-1, Arsat-2 y Arsat-3, este último en proceso) y la inversión en la construcción de un lanzador espacial propio en Córdoba, como es el Tronador II que, según se calcula, estará disponible a partir de diciembre del año próximo.

De esta forma, la propuesta de enseñanza “Estudio de casos” plasma con claridad el rol protagónico que ha ido tomando la educación en los últimos doce años, no sólo por su jerarquización a nivel presupuestario (3,6 por ciento del PBI en 2003, superior al 6 por ciento del PBI desde 2009), sino también por su creciente articulación con un modelo socioproductivo que, integrando saberes y desarrollos tecnológicos propios, genera circuitos virtuosos que expanden y robustecen actividades de alto valor agregado, produciendo trabajo argentino, inclusión social, sustitución de importaciones y soberanía. Es de esperar que podamos continuar por este rumbo.

* Licenciado en Periodismo (USAL), miembro de amersur.org@mpsosa88